Mateo, también conocido como Leví, era recaudador de impuestos. Jesús mismo lo invitó a seguirlo. Mateo se convirtió en uno de los 12 apóstoles y escribió el libro de Mateo. Su historia enseña que Dios llama a todos, independientemente de su pasado, para una nueva vida con propósito.
Antes de que Jesús lo llamara, Mateo era recaudador de impuestos en Capernaúm. Esa era una profesión despreciada por los judíos por estar asociada con la corrupción y la colaboración con el Imperio Romano.
Mientras Mateo estaba sentado recolectando el dinero, Jesús pasó junto a él y le dijo: “Sígueme”. Sin dudarlo, Mateo lo dejó todo atrás y siguió a Jesús.
Después de seguirlo, Mateo ofreció un gran banquete en su casa, donde estuvieron presentes muchos recaudadores de impuestos y pecadores, mostrando su disposición a compartir su nueva vida con otros. Ese episodio generó críticas de los religiosos, pero Jesús respondió: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”.
Después de convertirse en apóstol, Mateo acompañó a Jesús en su ministerio, siendo testigo de su muerte, resurrección y ascensión a los cielos. Tradicionalmente, se le reconoce como el autor del primer libro del Nuevo Testamento, el Evangelio de Mateo, que destaca a Jesús como el Salvador prometido en las antiguas escrituras.
Después de convertirse en apóstol de Jesús, la tradición cristiana indica que Mateo predicó en varias regiones, incluyendo Etiopía y Persia, hasta que fue martirizado por su fe.
La vida de Mateo nos enseña varias lecciones, siendo la primera que la invitación de Jesús no depende de nuestro pasado o reputación. Incluso siendo un recaudador de impuestos, Mateo fue elegido para una misión grandiosa. Su disposición a abandonar su antigua vida para seguir a Jesús nos desafía a confiar en Dios y ponerlo en primer lugar.
Además, su hospitalidad y deseo de compartir el Evangelio muestran cómo podemos influir positivamente en otros con nuestra fe. La transformación de Mateo es un poderoso recordatorio de que nadie está fuera del alcance de la gracia y el amor de Dios.
Principales acontecimientos en la vida del apóstol Mateo
- El llamado de Jesús: Mateo, un recaudador de impuestos, recibió el llamado de Jesús para ser su discípulo y lo siguió sin dudar.
- Banquete en su casa: Mateo ofreció una cena para Jesús, invitando a recaudadores de impuestos y pecadores, mostrando hospitalidad y su deseo de compartir su fe.
- Críticas de los fariseos: Los fariseos criticaron la relación entre Jesús y Mateo. Cristo respondió que vino para salvar a los pecadores, no para los justos.
- Acompañó el ministerio de Jesús: Fue testigo de milagros, enseñanzas y los momentos cruciales de la vida de Jesús junto con los demás apóstoles.
- Presente en la última cena: Estuvo con Jesús en el momento en que él instituyó la santa cena, marcando la nueva alianza con sus discípulos.
- Testigo de la resurrección: Mateo vio al Cristo resucitado y recibió la orden de predicar a todas las naciones.
- Autor del libro de Mateo: Escribió el Evangelio de Mateo, enfatizando a Jesús como el Mesías y cumplidor de las profecías del Antiguo Testamento.
- Predicación después de la resurrección de Jesús: Según la tradición, luego de la resurrección de Jesucristo, Mateo evangelizó en varias regiones, difundiendo el mensaje de Jesús.
- Testimonio hasta la muerte: Al parecer, Mateo fue martirizado por su fe, permaneciendo firme hasta el final como seguidor de Cristo.
Estudio bíblico sobre el apóstol Mateo
Explicando el libro de Mateo
El Evangelio de Mateo, o libro de Mateo, fue escrito para mostrar que Jesús es el Mesías prometido que cumplió las profecías. El libro de Mateo comienza con la genealogía de Jesús (Mateo 1:1-17), conectando a Jesús con David y Abraham, mostrando que él es el heredero legítimo de las promesas hechas a Israel. Los escritos buscan mostrar que Jesús es el Rey que vino a establecer el reino de Dios.
Uno de los temas centrales del libro es el reino de los cielos. Jesús, a lo largo de su ministerio, enseñó que el reino de Dios no es un reino terrenal, sino espiritual, presente en el corazón de las personas que lo siguen (Mateo 4:17; 5:3). Las bienaventuranzas (Mateo 5:3-12) revelan cómo las personas deben vivir para ser parte de ese reino, demostrando humildad, misericordia y pureza de corazón.
Otro punto importante es la énfasis del texto de Mateo en la autoridad de Jesús. Presenta a Jesús como un maestro y Rey que ejerce autoridad sobre las leyes, la naturaleza e incluso los demonios (Mateo 8:26-27).
Mateo concluye su libro con la gran comisión (Mateo 28:19-20), donde Jesús ordena a sus discípulos la tarea de hacer discípulos de todas las naciones. El libro de Mateo nos enseña que, como discípulos, debemos seguir y compartir las enseñanzas de Jesús en todo el mundo.
La profesión de Mateo
Mateo, también conocido como Leví, era hijo de Alfeo, como se menciona en Marcos 2:14, y trabajaba como recaudador de impuestos antes de seguir a Jesús (Mateo 9:9). En aquella época, esta profesión era muy mal vista, ya que los recaudadores trabajaban para el gobierno romano que dominaba a los judíos, y a menudo explotaban al pueblo para obtener ganancias extras.
A pesar del rechazo social, Jesús vio valor en Mateo y lo invitó a seguirlo. Mateo aceptó inmediatamente, dejando atrás su antigua profesión. Poco tiempo después, organizó un gran banquete en su casa (Lucas 5:29), invitando a otros recaudadores de impuestos y personas marginadas. Él quería compartir su nueva vida con todos.
Cuando los líderes religiosos criticaron a Jesús por comer con esas personas, él respondió: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.” (Mateo 9:12).
Mateo lo dejó todo para seguir a Jesús, incluyendo su profesión, mostrando valentía y entrega. Además, su historia nos enseña la importancia de compartir nuestra fe con los demás, incluso cuando enfrentamos críticas. Mateo se convirtió en un ejemplo de que Dios puede dar propósito a cualquier persona, sin importar su pasado.
¿Por qué Mateo era llamado Leví?
Mateo era llamado Leví porque probablemente ese era su nombre de nacimiento, como se indica en Marcos 2:14 y Lucas 5:27-29. Sin embargo, en el libro que él escribió, se utiliza el nombre de Mateo (Mateo 9:9).
La tradición sugiere que “Leví” podría haber sido su nombre de nacimiento, y el nombre de “Mateo”, que significa “don de Dios”, fue adoptado tras su transformación al seguir a Jesús.
Así como Simón pasó a llamarse Pedro, el cambio de nombre podría reflejar su nueva identidad y misión en Cristo. Esto nos recuerda que Dios nos da un propósito renovado cuando nos llama.
¿Cómo murió Mateo, discípulo de Jesús?
La Biblia no relata directamente cómo murió Mateo, el discípulo de Jesús. Sin embargo, la tradición cristiana ofrece algunas pistas. Se cree que Mateo murió por su fe en Jesús. Algunas tradiciones indican que fue martirizado en Etiopía mientras predicaba sobre Jesús, posiblemente por apedreamiento o decapitación. Sin embargo, estas historias no tienen confirmación en la Biblia.
A pesar de la falta de detalles, el testimonio de Mateo, tanto en vida como en su muerte, destaca su fidelidad a Jesús hasta el fin. Él nos inspira a permanecer firmes en nuestra fe, aun cuando nos encontremos en medio de desafíos o persecución (Mateo 5:10-12).
Mateo: el apóstol evangelista
La historia de Mateo se narra en el Nuevo Testamento, en pasajes como Mateo 9, Marcos 2 y Lucas 5. Después de ser llamado, Mateo acompañó a Jesús en su ministerio, convirtiéndose en testigo de momentos decisivos.
Como apóstol, Mateo presenció milagros extraordinarios, como la curación de enfermos (Mateo 9:20-22) y la multiplicación de los panes (Mateo 14:13-21). También escuchó enseñanzas que transformaron vidas, como el Sermón del Monte (Mateo 5-7), que reveló verdades profundas sobre el reino de Dios.
Mateo estuvo presente en la última cena, cuando Jesús instituyó la comunión con pan y vino, simbolizando su cuerpo y sangre (Mateo 26:26-28). Este momento fue un hito en la preparación de los discípulos para los eventos de la crucifixión y resurrección.
Después de la muerte de Jesús, Mateo fue uno de los testigos de su resurrección, recibiendo directamente la orden de hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19-20).
El camino de Mateo con Jesús nos enseña sobre el poder transformador de estar cerca de Cristo. No solo lo siguió, sino que fue testigo y participó activamente en la misión de anunciar el Evangelio. Al igual que Mateo, somos llamados a vivir con Jesús, aprender de él y compartir con todos lo que hemos recibido. Su vida muestra que estar cerca de Jesús cambia nuestro propósito y nos da dirección.
El legado del apóstol Mateo
Después de ser transformado por Jesús, Mateo se convirtió en un fiel seguidor y un testigo importante de la misión de Cristo. Tradicionalmente, se le considera el autor del Evangelio de Mateo, escrito para mostrar que Jesús es el Mesías prometido en las escrituras del Antiguo Testamento.
Este libro enfatiza la conexión entre las profecías cumplidas y las acciones de Jesús, ayudando a los judíos a reconocer a Jesús como el Salvador esperado (Mateo 1:22-23).
Tras la resurrección de Jesús, Mateo recibió la gran comisión de llevar el mensaje de Cristo a todas las naciones. En Mateo 28:19-20, Jesús ordenó: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones”. Mateo obedeció y predicó en diferentes regiones, difundiendo el mensaje de salvación.
El legado de Mateo nos enseña que todos tienen una misión, independientemente del pasado. Aunque desempeñaba un trabajo despreciado, al seguir a Jesús se convirtió en un mensajero del Evangelio. Mateo también nos muestra que debemos estar dispuestos a compartir nuestra fe. Su vida nos enseña que, como seguidores de Cristo, tenemos una misión de llevar el mensaje de Jesús al mundo.
Lo que podemos aprender de la historia de Mateo
La historia de Mateo nos enseña que nadie está fuera del alcance de Dios. Antes de que Jesús lo llamara, Mateo era recaudador de impuestos, una profesión despreciada por los judíos porque estaba asociada con la corrupción y el apoyo al dominio romano. Aun así, Jesús lo vio como alguien con potencial para seguir un propósito mayor (Mateo 9:9). Esto demuestra que Dios no nos elige por nuestros méritos, sino por su gracia y plan para nuestras vidas.
Otra lección es la disposición de Mateo para responder al llamado de Jesús. Él dejó todo inmediatamente, abandonando su antigua vida para seguir a Cristo. Esta decisión nos desafía a reflexionar sobre nuestra disposición para poner a Dios en primer lugar, incluso cuando esto requiere sacrificio.
Mateo también nos enseña sobre la importancia de compartir nuestra fe. Después de su conversión, organizó un banquete para que otros recaudadores de impuestos y pecadores conocieran a Jesús (Lucas 5:29). Esto nos muestra que, como seguidores de Cristo, debemos alcanzar a otros con el amor de Dios.
La transformación de Mateo, de publicano rechazado a apóstol, nos recuerda que Dios puede usar a cualquier persona para realizar grandes obras.
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