María fue una joven virgen de Nazaret, elegida por Dios para concebir a Jesús por medio del Espíritu Santo. Ella jugó un papel importante en la historia de Jesús, ya que fue la madre del Salvador. María es ejemplo de fe, obediencia y humildad. Su figura pone de relieve el papel esencial de la mujer en el plan de Dios de enviar a Jesús a la tierra.
María era una mujer sencilla y humilde, que estaba siempre dispuesta a servir. Cuando, en una aparición, el ángel Gabriel le dijo que sería la madre del Salvador, María sintió miedo. Sin embargo, ella respondió con fe y obediencia: "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra".
María fue bendecida por Dios. Fue elegida para ser la madre de Jesús, no por méritos humanos, sino por la gracia del Señor. Su fe y su corazón lleno de amor a Dios y a los demás son ejemplos profundos para todos los que siguen a Jesús.
No hay documentos que hablen de la edad que tenía María cuando quedó embarazada de Jesús. Pero los estudiosos sugieren que tenía entre 14 y 16 años, lo cual era común entre las novias de su época. Es importante recordar que, aunque ella estaba prometida con José, ellos no tuvieron relaciones, tal como dicen las Escrituras.
María aceptó su misión con confianza en Dios, sabiendo que él guiaría su camino. Como madre, acompañó a Jesús desde su nacimiento en Belén hasta su crucifixión y resurrección. Su vida refleja un camino de fe, sacrificio y devoción, que inspira a los cristianos a confiar en Dios y seguir su plan, independientemente de las circunstancias.
Acontecimientos relevantes de la vida de María
Se puede decir que los siguientes, son los acontecimientos más importantes de la vida de María:
- El anuncio del ángel a María: el ángel Gabriel visitó a María y le anunció que concebiría y daría a luz un hijo, Jesús, que sería llamado Hijo de Dios. María aceptó la misión con humildad.
- La visita de María a Isabel: al enterarse de que su prima Elisabet estaba embarazada de Juan Bautista, María fue a visitarla. Cuando María, que ya estaba embarazada y esperando a Jesús, llegó a la casa de Elisabet, el bebé en el vientre de Elisabet saltó de alegría. Elisabet reconoció inmediatamente que María llevaba en su vientre al Salvador del mundo.
- El nacimiento de Jesús: María y José viajaron a Belén para participar del censo mandatorio y allí, María dio a luz a Jesús en un establo, colocándolo en un pesebre.
- Presentación de Jesús en el templo: María y José llevaron a Jesús al templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como requería la ley. El profeta Simeón reconoció a Jesús como el Mesías.
- Huida a Egipto: María y José tuvieron que huir con Jesús a Egipto después de recibir la advertencia en un sueño, pues el rey Herodes buscaba al niño para matarlo.
- Jesús en el templo a los 12 años: cuando Jesús tenía 12 años, María y José lo perdieron durante una peregrinación a Jerusalén. Lo encontraron en el templo, hablando y haciéndole preguntas a los doctores de la ley.
- Las bodas de Caná: durante una boda en Caná, María le informó a Jesús que se había acabado el vino. Jesús realizó su primer milagro público ese día, convirtiendo el agua en vino.
- La madre y los hermanos de Jesús: María y los hermanos de Jesús fueron a buscarlo en una ocasión. Jesús aprovechó la oportunidad para enseñar sobre la verdadera familia de Dios.
- La crucifixión de Jesús: María estuvo presente al pie de la cruz, durante la crucifixión de Jesús. En sus últimos momentos, Jesús confió el cuidado de su madre al discípulo amado, Juan.
- Se mantuvo junto a los creyentes después de la resurrección de Jesús: después de la ascensión de Jesús, se menciona a María como parte de la comunidad de creyentes reunida para orar y esperar el derramamiento del Espíritu Santo.
Estudio bíblico sobre María
El nacimiento de Jesús
María recibió un mensaje del ángel Gabriel, quien le reveló que quedaría embarazada por obra del Espíritu Santo y que su hijo se llamaría Jesús.
José, su prometido, quedó confundido al saber que María estaba embarazada, pero a él también se le apareció un ángel en un sueño. El ángel le explicó que el bebé era obra del Espíritu Santo y que José debía tomar a María como esposa y cuidar de ella y del niño. José, siendo un hombre justo y obediente, hizo lo que el ángel le dijo.
Cuando se acercaba el momento del nacimiento de Jesús, María y José tuvieron que viajar a Belén debido a un censo ordenado por Augusto César. Cuando llegaron allí, no encontraron un lugar donde quedarse. Todas las posadas estaban llenas. Terminaron encontrando refugio en un establo. Fue allí, en condiciones muy humildes, donde María dio a luz a Jesús. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
El Salvador del mundo nació, cumpliendo las promesas de Dios. Las primeras personas en visitarlo fueron los pastores, a quienes los ángeles dieron la noticia del nacimiento de Jesús. Durante todo el embarazo, María jugó un papel crucial. Ella aceptó con fe su misión y cuidó de Jesús, mostrando dedicación y obediencia.
La crucifixión de Jesús
Durante la crucifixión de Jesús, María estuvo al pie de la cruz, enfrentando un dolor inconmensurable mientras veía sufrir a su hijo. Incluso ante tanto sufrimiento, María se mantuvo firme, expresando su profundo e inquebrantable amor por Jesús.
Ella fue testigo del momento agonizante en el que Jesús cargó con los pecados del mundo sobre sí mismo. En sus últimos momentos, Jesús miró a María. Con gran compasión, confió el cuidado de ella a su amado discípulo Juan, diciendo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” y a Juan: “Ahí tienes a tu madre”. Ese gesto demostró el amor de Jesús por su madre. Jesús se aseguró de que ella estuviera bajo el cuidado de alguien de confianza.
María, con el corazón quebrantado, aceptó este nuevo rol, mostrando su fe y obediencia al plan de Dios, incluso en medio del dolor. Ella es un ejemplo de valentía y devoción ante el sacrificio de Cristo.
La anunciación del ángel a María
María se encontraba sola el día en el que el ángel Gabriel se apareció frente a ella. Gabriel le dijo que ella era muy bendecida y que había sido elegida por Dios para una gran misión. María se sorprendió y se quedó un poco asustada, pero el ángel la tranquilizó diciéndole que daría a luz un hijo, Jesús. El bebé era el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.
Al enterarse de la noticia dada por el ángel Gabriel, María respondió con humildad y fe. Ella dijo: "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra." (Lucas 1:38). María aceptó la voluntad de Dios sin dudar, aun cuando no entendía plenamente lo que implicaba. Ese momento marca el comienzo de la vida de Jesús en la Tierra, mostrando la importancia de la obediencia y fe de María.
María después de la resurrección de Jesús
Después de la ascensión de Jesús al cielo, María, su madre, se mantuvo presente entre los primeros seguidores de Cristo. Ella era parte de la comunidad de creyentes que se reunía en Jerusalén para orar y esperar el cumplimiento de la promesa de Jesús, el derramamiento del Espíritu Santo.
Ese evento fue importante, pues marcó el inicio de la Iglesia y la capacitación de los discípulos y apóstoles para su misión. La presencia de María entre los discípulos mostró su continua obediencia y participación en el plan de Dios, difundiendo el Evangelio en el mundo y afirmando la nueva comunidad cristiana.
La huida a Egipto
Después del nacimiento de Jesús, María y José fueron advertidos en un sueño sobre el peligro que el rey Herodes representaba para el niño. Herodes, temiendo perder el trono, había ordenado matar a los recién nacidos en Belén.
Para proteger a Jesús, María y José huyeron con él a Egipto. Permanecieron allí hasta la muerte de Herodes, que ocurrió unos dos años después. Cuando pasó la amenaza, recibieron una nueva instrucción de Dios para regresar a su tierra natal. La huida a Egipto fue crucial para garantizar la seguridad y la vida de Jesús en sus primeros años de vida.
La presentación de Jesús en el templo
Cuando Jesús tenía unos 40 días, María y José lo llevaron al templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, según dictaba la ley judía. Allí conocieron al profeta Simeón, a quien Dios le había prometido que vería al Mesías antes de morir. Simeón, lleno del Espíritu Santo, reconoció a Jesús como el Salvador y alabó a Dios, diciendo que el niño sería luz para las naciones y gloria de Israel.
María escuchó estas palabras con reverencia, sabiendo que el plan de Dios se estaba cumpliendo. También estuvo presente la profetisa Ana, quien dio gracias a Dios y habló de Jesús a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. La presentación en el templo confirmó la misión de Jesús y el papel de María como madre del Salvador.
La visita de María a Elisabet
Poco después de recibir la noticia del ángel Gabriel, María fue a visitar a su prima Elisabet. Ella vivía en otra ciudad y también estaba milagrosamente embarazada. Al llegar, María saludó a Elisabet. En ese momento, el bebé que llevaba Elisabet en su vientre, que era Juan el Bautista, saltó de alegría.
Elisabet, llena del Espíritu Santo, reconoció que María llevaba al Salvador y la bendijo, diciendo que era muy especial por creer en la promesa de Dios. La visita de María a Elisabet muestra el poder de la fe y la comunión entre las personas que confían en Dios.
En respuesta a Elisabet, María alabó al Señor con un cántico, ensalzando la grandeza de Dios y su bondad:
El cántico de María
Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la bajeza de su sierva;
Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso;
Santo es su nombre,
Y su misericordia es de generación en generación
A los que le temen.
Hizo proezas con su brazo;
Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos,
Y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes,
Y a los ricos envió vacíos.
Socorrió a Israel su siervo,
Acordándose de la misericordia
De la cual habló a nuestros padres,
Para con Abraham y su descendencia para siempre.
(Lucas 1:46-55)
Jesús en el templo cuando tenía 12 años
Cuando Jesús tenía 12 años, María y José fueron a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, como era costumbre. Después de la celebración, comenzaron el viaje de regreso a casa, pero Jesús permaneció en el Templo sin que sus padres lo supieran.
María y José, al darse cuenta, se preocuparon. Viajaron de regreso a Jerusalén y buscaron a Jesús durante tres días. Finalmente lo encontraron en el templo, hablando y enseñando a los maestros de la ley con gran sabiduría.
María, algo angustiada, pero aliviada, le preguntó a Jesús por qué les había hecho esto. Jesús respondió que debía ocuparse de los negocios de su Padre. María y José no entendieron del todo su respuesta, pero María guardó esas palabras en su corazón.
El episodio muestra que Jesús comenzaba a cumplir su divina misión. En María vemos su devoción y preocupación como madre, buscando siempre comprender el propósito de Dios para su Hijo.
Las bodas de Caná: el primer milagro de Jesús
María y Jesús fueron invitados a una boda en Caná de Galilea. Durante la fiesta se acabó el vino, lo que suponía un gran problema para los anfitriones.
María, al darse cuenta de la situación, buscó a Jesús, diciéndole que se había acabado el vino. Aunque Jesús respondió que aún no era el momento adecuado para actuar, María instruyó a los sirvientes a seguir las instrucciones de Jesús.
Luego Jesús les pidió que llenaran con agua seis tinajas de piedra. Cuando las tinajas estuvieron llenas, convirtió el agua en vino fino. Este fue el primer milagro público de Jesús, que reveló su divinidad y poder.
María jugó un papel importante en este evento al interceder y confiar en Jesús, demostrando fe en su poder. Su acción no sólo ayudó a salvar la reputación del novio, sino que también inició la manifestación pública de los milagros de Jesús.
La mamá y los hermanos de Jesús
En Mateo 12 leemos que en una ocasión, María y los hermanos de Jesús fueron a buscarlo. Jesús estaba enseñando en una casa llena de gente. Cuando le dijeron a Jesús que su madre y sus hermanos estaban afuera y lo buscaban, Jesús respondió: "¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?" Luego, señalando a sus discípulos, explicó que aquellos que hacen la voluntad de Dios son su verdadera familia.
El papel de María es significativo porque, al buscar a Jesús, ella y sus hijos demostraron su preocupación y deseo de estar cerca de él. Sin embargo, Jesús aproveché ese momento para enfatizar que la verdadera relación familiar con Dios se basa en la obediencia y la fe. Así, María, al buscar a Jesús, se convierte en parte de una lección más amplia sobre la naturaleza del reino de Dios.
Lo que aprendemos de la vida de María
La vida de María, madre de Jesús, nos enseña lecciones importantes e inspiradoras. Primero, muestra el valor de la fe y la obediencia a Dios. María aceptó la misión de ser madre del Salvador con humildad y valentía, incluso ante grandes desafíos e incertidumbres. Aún sin saber lo que podría pasar, aceptó la misión.
Con María también aprendemos sobre la importancia de la dedicación y la perseverancia. Ella permaneció al lado de Jesús durante toda su vida, desde su nacimiento hasta su crucifixión, demostrando amor y apoyo inquebrantables. Su presencia constante es ejemplo de compromiso y dedicación a Dios.
Además, María es modelo de servicio y humildad. A pesar de su posición especial como madre de Jesús, ella siempre actuó con humildad y sirvió a los demás. Su vida nos inspira a buscar una relación más cercana con Dios, a obedecer sus planes y a vivir con fe y valentía, aunque haya dificultades.
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