Abraham es uno de los héroes de la fe mencionados en la Biblia, considerado por muchos como el padre de la fe cristiana. Esto es así porque Abraham obedeció a Dios sin dudar, dejando atrás su tierra y su parentela, y yendo hacia un lugar totalmente desconocido.
Un día, cuando Abraham tenía 75 años, Dios le habló y lo llamó a salir de su tierra, a dejar todo e ir a la tierra que Dios le mostraría. Dios no solo llamó a Abraham, sino que hizo un pacto con él. Haría de él una gran nación, lo bendeciría en gran manera y por medio de él, todas las familias de la tierra recibirían bendición. Y así fue: de la descendencia de Abraham, nació Jesús el Salvador.
De camino a Canaán, la tierra prometida, Abraham y su familia enfrentaron muchos retos, pero se mantuvieron firmes en el Señor. Mientras esperaban que se cumpliera la promesa de Dios, Sara se desesperó. Por eso, entregó su sierva, Agar, a Abraham como mujer, y de esa unión nació Ismael.
Sin embargo, a los noventa años, Sara quedó embarazada. El hijo de Abraham y Sara, Isaac, era el hijo de la promesa. Ellos estaban muy felices. Pero luego de algunos años, Dios puso a prueba la fe de Abraham: le pidió que sacrificara a Isaac. Abraham mostró la disposición de obedecer a Dios. En su momento, Dios proveyó un carnero para el sacrificio, guardando así la vida de Isaac.
Años después, Sara murió, y luego murió Abraham. Ellos estuvieron felices hasta el final, pues sabían que Dios seguiría bendiciendo a todas las naciones por medio de sus descendientes.
Eventos más destacados de la vida de Abraham
Encontramos la historia de Abram (su nombre original) en el libro de Génesis, capítulos 12 - 25. Él era hijo de Téraj y esposo de Saray (quien era estéril). Su familia era de Ur, pero se había establecido en Jarán.
1. El pacto de Dios con Abram
Un día, Dios habló con Abraham e hizo un pacto con él:
El Señor dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes, la casa de tu padre y ve a la tierra que te mostraré.
2 »Haré de ti una nación grande
y te bendeciré;
haré famoso tu nombre
y serás una bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan
y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas
todas las familias de la tierra!».
(Génesis 12:1-3)
La promesa de Dios de descendencia abundante parecía imposible. Tanto Abram como Saray eran personas de edad avanzada y Saray era estéril. Sin embargo, Abram no dudó de la promesa de Dios. Decidió dejar todo atrás y salir en fe, confiando en la promesa, el poder y el amor de Dios para con él y su familia.
2. Salida de Abram camino a Canaán
Abram salió de Jarán, tal como Dios se lo pidió. Salió camino a Canaán junto con su esposa Saray, su sobrino Lot y toda la gente y los bienes que había adquirido. De camino a la tierra prometida, Abram y su familia enfrentaron muchos retos y peligros. Pero Dios se mantuvo fiel en todo momento, ayudándolos, cuidándolos y guiándolos.
Mientras Abram iba camino a Canaán, Dios le cambió el nombre por el de Abraham, que significa padre de una multitud. Aunque Saray continuaba siendo estéril, Dios confirmó su pacto con ellos, asegurando a Abraham que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas en el cielo.
3. Agar e Ismael
Pasaron más de diez años y Abraham y Saray se desesperaron. Saray tomó a su sierva Agar y la dio por mujer a Abraham para que tuviera descendencia con ella. Agar quedó embarazada y tuvo un niño, Ismael. Esa decisión apresurada trajo gran malestar y problemas en la familia.
La rivalidad entre Agar y Saray creció hasta tal punto, que Abraham se vio obligado a despedir a Agar e Ismael. Pero Dios no los abandonó: él escuchó el clamor de ellos y los cuidó.
4. Dios reafirma su pacto con Abraham
Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, Dios volvió a confirmar su pacto con él. Le aseguró que sería muy fecundo, que de él saldrían reyes y naciones. Dios también cambió el nombre de Saray por el de Sara, que significa princesa. Dios le aseguró a Abraham que en el próximo año nacería el hijo de la promesa, el hijo que tendría con Sara.
5. El nacimiento de Isaac
Así sucedió: a los noventa años, Sara quedó embarazada y tuvo a Isaac, el hijo de la promesa. ¡Abraham y Sara estaban muy felices! Por fin habían tenido un hijo, el primero de la descendencia incontable que Dios les había prometido.
6. Dios prueba a Abraham
Pasado un tiempo, Dios volvió a hablar con Abraham. En esa ocasión, Dios lo puso a prueba. Dios ordenó a Abraham que tomara a Isaac, el hijo de la promesa, fuera con él a Moria y lo ofreciera como holocausto o sacrificio. Abraham mostró su gran fe en Dios al obedecer sus instrucciones.
En el último momento, cuando Abraham estaba preparado para sacrificar a Isaac, Dios gritó desde el cielo y detuvo a Abraham. Le dijo: «Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.» Dios mismo proveyó un carnero para el sacrificio.
Dios volvió a confirmar su pacto con Abraham en ese momento, prometiéndole una gran descendencia.
Yo, el Señor, he jurado por mí mismo que, por esto que has hecho, de no negarme a tu único hijo, 17 ciertamente te bendeciré; multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar; ¡tu descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos! 18 En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto atendiste a mi voz.
(Génesis 22:16-18)
7. La muerte de Sara y Abraham
Después de la muerte de Sara a los ciento veintisiete años, Abraham se volvió a casar con una mujer llamada Cetura y tuvo seis hijos más. Abraham murió a los ciento setenta y cinco años y fue enterrado junto a Sara, su primera esposa.
¿Quieres saber más sobre lo que Dios le prometió a Abraham? Vea las 6 promesas de Dios a Abraham.
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