Jesús es la fuente de agua viva (explicación y versículos)


La expresión "Jesucristo es la fuente de agua viva", tiene su base en la Biblia y significa que Jesús es la única fuente de vida, sustento y consuelo para todos los que lo buscan. Así como el agua es esencial para nuestra supervivencia, Jesús es esencial para nuestra vida. Solo él puede satisfacernos completamente.

Los ríos de agua viva simbolizan la gracia y las bendiciones espirituales abundantes que Dios derrama sobre los creyentes. Esto significa que quien cree en Jesús, poniendo su fe en él para salvación, recibirá abundante gracia y dones del Espíritu Santo. Estas bendiciones serán tan grandes que desbordarán y llegarán a bendecir a otras personas.

Jesús es como una fuente que nunca deja de fluir dentro de aquellos que creen, y el agua que él da puede saciar a cualquiera que tenga sed. Dios ha abierto las compuertas celestiales para darnos vida a través de Cristo, quien murió y resucitó. ¡Ahora podemos tener acceso a esta agua que nos da vida para siempre!

Versículos sobre Jesús, la fuente de agua viva

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
(Juan 7:38)

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. (Juan 7:38)

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
(Juan 4:13-14)

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
(Juan 4:10-11)

Jehová te pastoreará siempre, y en la sequía saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
(Isaías 58:11)

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.
(Isaías 44:3)

Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.
(Isaías 12:3)

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
(Juan 6:35)

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
(Apocalipsis 21:6)

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
(Isaías 55:1)

En aquel día habrá fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
(Zacarías 13:1)

Después me mostró un río limpio, de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
(Apocalipsis 22:1)

No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
(Apocalipsis 7:16-17)

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
(Apocalipsis 22:17)

Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim.
(Joel 3:18)

Volvió la roca en estanque de aguas, y en fuente de aguas la piedra.
(Salmos 114:8)

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
(Joel 2:23)

Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar.
(Ezequiel 47:1)

Y junto al río, en su ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto; a su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.
(Ezequiel 47:12)

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
(Juan 6:35)

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
(Juan 4:10)

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