La historia de Rut (la extranjera fiel)


Equipo de Bibliaon
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Rut fue una joven extranjera y viuda que dejó su tierra natal para cuidar de su suegra, Noemí. Encontramos la historia de Rut en el libro bíblico del mismo nombre, el octavo libro del Antiguo Testamento.

Rut era de Moab y decidió abrazar la fe en Dios, abandonando a los antiguos dioses moabitas. Su decisión reveló su amor por el Señor y por Noemí. Ambas viudas afrontaron el dolor de la pérdida, pero permanecieron unidas por el cariño más que por el parentesco. Juntas, Rut y Noemí lucharon por sobrevivir y, por la gracia de Dios, volvieron a sentir la alegría de vivir.

La historia de Rut dice que ella era una muchacha moabita. Rut se casó con Mahlón, un judío de Belén de Judá, hijo de Noemí y Elimelec. La familia de Mahlón se había ido a vivir a Moab debido a la hambruna que padecía su tierra en ese momento. Después de 10 años de matrimonio, Mahlón, el marido de Rut, murió, dejándola en una situación vulnerable junto a su suegra y su cuñada, también viudas.

Rut recogiendo espigas para su sustento

Noemí decidió regresar a Judá y Rut se fue con ella. En ese momento de la historia, como viudas, ellas sabían que afrontarían grandes dificultades. La condición social en la que se encontraban era precaria. Eran mujeres, viudas, extranjeras, sin hijos, sin maridos ni padres que las sustentaran.

La lucha por la supervivencia en una tierra extranjera no impidió que Rut cumpliera su palabra con integridad. Su valor, cariño y amistad por Noemí permanecían intactos. Rut, una gran trabajadora, le pidió permiso a Noemí para ir a trabajar al campo, recogiendo los restos de la cosecha. Era una práctica común entre los más desfavorecidos de la sociedad de aquella época.

Rut se asombró grandemente por la forma en que Dios mostró favor y gracia hacia ella y su suegra, Noemí. Más que solo los restos de la cosecha, Dios les dio la oportunidad de comenzar una nueva historia familiar, gracias a Booz. Ese hombre tan rico era el dueño del campo donde trabajaba Rut y se convirtió en su rescatador.

En aquellos tiempos, para que alguien pudiera redimir o rescatar, tenía que ser un familiar cercano. Su labor era intervenir en favor de un familiar, vivo o muerto. En este caso, Booz expresaría favor a la familia casándose con la viuda de Mahlón, restableciendo la situación de Noemí y Rut, dándole posteridad.

Así, con este desenlace inesperado, la familia de Noemí volvió a sentir la alegría de vivir. Rut y Booz se casaron y tuvieron un hijo que llamaron Obed. El niño fue motivo de alegría para sus padres y su abuela, pues reconocieron la presencia de la bondad de Dios, incluso en sus momentos de dificultad. Obed fue el padre de Isaí y abuelo del rey David.

Lecciones de la historia de Rut

Son muchas las lecciones que podemos aprender de la historia de Rut en la Biblia. Veamos algunas de ellas.

Dios no abandona jamás a su pueblo

A pesar de las aflicciones que podamos pasar durante la vida, Dios mantiene su cuidado sobre nosotros y tiene el control. Rut pasó por muchas dificultades, pero contó siempre con la presencia de Dios, su cuidado y su provisión.

Dios es soberano

La historia de Rut demuestra que Dios es soberano en las cosas rutinarias de la vida de mujeres y hombres sencillos que confían en él. El Señor continúa cumpliendo su plan eterno de salvación para su pueblo en todo el mundo.

Dios premia lo que se hace con amor en servicio a él y a los demás

Rut nos sorprende con su elección deliberada y desinteresada de acompañar a Noemí en su regreso a Israel. Ella no ganaba nada con esto. Al contrario, sería una extranjera en una tierra desconocida y con la responsabilidad de cuidar de una anciana. Pero Rut no se dejó intimidar por eso. Ella, con cariño y altruismo, cuidó a Noemí como si fuera su propia madre, mostrando bondad y amor genuino por su suegra.

El amor nos ayuda a superar el dolor

Unidas en amor, Rut y su suegra, Noemí, superaron el dolor de la pérdida. Eventualmente, ellas volvieron a sentir la alegría de vivir. Después de todo el sufrimiento por el que pasaron, la lealtad y el cariño que se mostraron nos animan a llevar una vida altruista, basada en el amor y la verdadera amistad.

Dios da fortaleza para persistir en tiempos de debilidad

La perseverancia de Rut y Noemí en tiempos de gran dificultad ilustra cómo Dios fortalece a quienes se sienten débiles e indefensos. Ellas acudieron a Dios, buscaron su dirección, y él las ayudó.

Todos pueden conocer la esperanza de Israel (al Dios de Israel)

Rut era moabita, pero recomenzó su vida con su suegra y el pueblo de Israel. Este hecho resalta que la esperanza y las promesas de Dios son accesibles a todos, independientemente de su origen.

La humanidad necesita un Salvador

Tal como Rut necesitaba que Booz la redimiera y restaurara su estatus frente al pueblo, así toda la humanidad necesita de Jesús como su Salvador. Es a través de Jesucristo que podemos ser restaurados, perdonados y considerados justos ante Dios.

Hay decisiones que cambian la vida

En lugar de regresar a Moab, su tierra natal, Rut eligió irse con Noemí para abrazar su cultura y su fe. Es un ejemplo de cómo las decisiones valientes y desinteresadas pueden alterar significativamente el curso de una vida.

Hasta cierto punto, nosotros también podemos actuar como "salvadores"

Booz fue bondadoso con Rut, no la abandonó a su suerte. Esa conducta nos enseña a actuar con compasión y justicia hacia los marginados y necesitados, reflejando el carácter redentor de Dios. Somos llamados a tratar a los demás (incluidos los marginados) con la amabilidad y dignidad que necesitan.

Dios abre puertas y oportunidades en situaciones que parecen casuales

Los acontecimientos "fortuitos" que llevaron a Rut al campo de Booz demuestran cómo Dios puede orquestar las circunstancias para cumplir sus propósitos divinos. Dios puede abrirte puertas en momentos inesperados para guiarte en su voluntad. Mantente atento a la mano y guía de Dios.

Es importante dar prioridad al amor de Dios y a la fidelidad a la familia

Rut eligió ser leal a Noemí y servir a Dios, asumiendo la nueva fe como propia. Ella podía haber regresado a su tierra y a su religión pagana, pero no lo hizo. Esa elección muestra la importancia de anteponer el amor a Dios y la fidelidad a la familia por encima de los intereses personales.

Cuando cuidamos de los más ancianos y necesitados, reflejamos la bondad de Dios

Rut cuidó de Noemí, su suegra anciana y viuda, aunque podía haber elegido dejarla sola. Por eso, Rut es ejemplo de cómo el respeto y la asistencia a los ancianos o vulnerables son expresiones concretas de la bondad de Dios.

Cada una de estas lecciones nos anima a reflexionar sobre nuestras propias vidas y nos inspira a buscar vivir alineados con los principios revelados a través de la historia de Rut.

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