¿Sientes que hay verdadero gozo en tu vida? En un mundo lleno de problemas, sufrimiento y estrés, esta es una pregunta difícil. ¿Cómo puedes tener una vida feliz cuando a veces parece que todo se está desmoronando? Parece imposible, pero la Biblia ofrece un gozo fuerte que supera los dolores de la vida.
Luego les dijo: Vayan, coman ricos manjares, beban bebidas dulces y envíen porciones a los que no tienen nada preparado, porque este es un día santo para nuestro Señor. No se entristezcan porque el gozo del SEÑOR es su fortaleza.
(Nehemías 8:10)
Los israelitas estaban tristes. Todo el pueblo se había reunido para escuchar las Escrituras y los sacerdotes habían explicado todo lo que estaba escrito en la palabra de Dios. Ahora eran plenamente conscientes de sus pecados y estaban entristecidos por todo lo que habían hecho. El pecado había llevado a la destrucción de Jerusalén y al exilio de los israelitas en Babilonia.
Pero Nehemías, líder del pueblo, tenía otra perspectiva. Dios había llevado a su pueblo de regreso a Israel y ahora estaban reconstruyendo la ciudad de Jerusalén. Se les estaba dando una nueva oportunidad. Dios estaba transformando la situación, construyendo un pueblo dedicado a él que conocía su Palabra. ¡Este no era un día de tristeza o lamento por el pasado, sino uno de alegría por el futuro!
Las circunstancias de la vida pueden ser difíciles, sin esperanza a la vista, pero Dios tiene el control. Para quienes aman a Jesús, siempre hay esperanza para el futuro. Recuerda: el verdadero gozo está en Dios.
Tiempo de abandonar la tristeza
Los israelitas tenían muchos motivos para estar tristes, pero llegó el momento de dejar atrás su tristeza. El día que escucharon la Palabra de Dios fue un día de bendición, no de maldición, por lo que pudieron regocijarse. El gozo de la salvación supera la tristeza del pecado.
Todos pasamos por momentos de tristeza y dolor. Pero en Jesús, estos tiempos no duran para siempre. Llega un momento en el que tenemos que decidir poner nuestros ojos en Jesús. Cuando hacemos esto, encontramos el gozo de Dios que es más poderoso que todas las circunstancias de la vida.
Cuando comparamos los problemas de la vida con lo que Jesús hizo por nosotros, descubrimos que el gozo de la salvación y la vida eterna supera toda tristeza. Incluso cuando estamos tristes, podemos estar seguros de que el gozo de Dios llena nuestros corazones y nos fortalecerá. Y nadie podrá quitarnos esa alegría.
Gozo compartido
El gozo del Señor no solo nos fortalece, sino que también nos une. El gozo que Dios nos da no es para guardar solo para nosotros. ¡Debemos compartirlo!
Así como a los israelitas se les ordenó celebrar y compartir lo que tenían entre sí, nosotros también podemos difundir el gozo de Dios entre las personas que conocemos. El gozo del Señor nos desafía a amar a nuestro prójimo y llevar el Evangelio a más personas. Cuando estamos motivados por un corazón gozoso en Jesús, somos fuertes y tenemos el poder de multiplicar el gozo en nuestra comunidad.
¡Mira a Jesús y encuentra el gozo fuerte que puede cambiar tu mundo!
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