Estudio bíblico sobre la gratitud


Equipo de Bibliaon
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En la Biblia, la gratitud es la cualidad de reconocer y valorar los dones recibidos. La vida, la salud, la familia, los talentos, las capacidades, los amigos, la fe, en fin, todo lo que tenemos y somos, nos ha sido dado. La Palabra de Dios nos anima siempre a ser agradecidos con el Señor.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

Dar gracias por lo que hemos recibido es fundamental para establecer una relación auténtica con Dios y una convivencia armoniosa con las personas a nuestro alrededor. Por eso es tan importante que la persona agradecida manifieste su gratitud por medio de sus palabras o acciones.

El reconocimiento y la valoración de los beneficios recibidos de Dios aparecen en numerosos contextos en la Biblia. La confesión, la alabanza y la adoración son algunas de estas manifestaciones expresas de gratitud a Dios.

En el Antiguo Testamento, el término hebreo תּוֹדָה (to.dah), que significa "acción de gracias", aparece 30 veces. Otro término relacionado es יָדָה (ya.dah), que significa "agradecer", "dar gracias" o "confesar", y aparece 110 veces en el Antiguo Testamento.

Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis de manera que sea aceptable.
(Levítico 22:29)

En aquel tiempo, era común que las personas celebraran fiestas a Dios y ofrecieran ofrendas de gratitud, reconociendo todas las bendiciones que él les había concedido. La alabanza en el templo también expresaba el agradecimiento a través de los cánticos y Salmos:

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
(Salmo 9:1)

En el Nuevo Testamento, dos términos griegos son los más utilizados para transmitir la idea de gratitud: eucharistéo y eucharistía. El primero, 'Eucharistéo' (verbo) - significa ser agradecido, dar gracias, rendir acción de gracias¹. Este verbo aparece en 38 versículos.

Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.
(Romanos 1:8)

Eucharistía (sustantivo) - gratitud, reconocimiento; acción de gracias, oración de agradecimiento². Este sustantivo aparece 15 veces en el Nuevo Testamento.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;
(2 Corintios 9:12)

3 ejemplos de gratitud en la Biblia

1. Diez leprosos son sanados

Uno de los grandes ejemplos de gratitud en la Biblia es bien conocido: la sanidad de los 10 leprosos. Mientras Jesús iba camino a Jerusalén, diez personas con lepra (enfermedades de la piel) se acercaron a Jesús y le pidieron que los sanara. Después de enviarles a presentarse en el templo, los diez fueron sanados en el camino. Sin embargo, solo uno de ellos, un samaritano, regresó para agradecer a Jesús.

Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
(Lucas 17:15-18)

Solo este hombre, de todos los diez sanados, fue agradecido con Dios. A pesar de ser extranjero de Samaria (los samaritanos eran mal vistos por los judíos en ese tiempo), aquel hombre volvió con el corazón alegre y agradecido por lo que Jesús hizo por él. ¡Cuando Dios obra en nuestras vidas, debemos alabarlo en voz alta!

2. El endemoniado gadareno

En este episodio bíblico, después de que Jesús cruzara el mar de Galilea, él y sus discípulos llegaron a la región de los gadarenos (Gadara). Allí vivía un hombre poseído por demonios que atormentaba a los habitantes del lugar y era tan fuerte que nadie podía dominarlo.

Cuando Jesús encontró a este hombre, lo liberó de la legión de demonios que lo poseían. Al verse libre de los espíritus, el hombre quedó completamente agradecido con Jesús. Su primera reacción de gratitud fue querer seguir a Jesús, pero Cristo le dijo que debía anunciar a los suyos lo que Dios había hecho por él.

Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
(Marcos 5:18-20)

¡Tu gratitud a Dios debe llevarte a proclamar lo que Jesús ha hecho por ti!

3. El ciego Bartimeo

Mientras Jesús iba hacia Jericó con sus discípulos, un hombre ciego llamado Bartimeo estaba junto al camino. Al enterarse de que era Jesús quien pasaba por allí, gritó hasta llamar la atención del Hijo de Dios, y Jesús lo sanó.

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
(Marcos 10:52)

Jesús obró en la vida de todas esas personas, otorgando la vida eterna. Así como lo hizo Bartimeo, debemos seguir los pasos de Jesús en gratitud después de que él nos ha salvado.

¿Qué es ser agradecido con Dios?

Gratitud es estar satisfecho, alegre y sentirse complacido por lo que Dios ha hecho. Esta virtud nos impulsa (nos sentimos 'obligados') a mostrarlo por medio de palabras y acciones. Hay un gran énfasis en los autores bíblicos sobre la acción de dar gracias o rendir gratitud a Dios. El reconocimiento y la satisfacción del corazón, expresados en palabras o actitudes, manifiestan la gratitud a Dios por todas las cosas y le otorgan alabanza por ello.

Cuando una persona da gracias a Dios, lo está alabando por lo que él es y por lo que hace, tal como lo hizo el salmista:

Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche,
(Salmo 92:1-2)

Ser agradecido con Dios es darse cuenta y declarar que él es soberano y bondadoso. Él tiene poder sobre nuestras vidas. La gratitud a Dios es más que merecida, porque en toda su bondad, entregó a su Hijo Jesucristo para morir en lugar de los pecadores, dando acceso a la vida eterna.

Además de este maravilloso regalo, debemos ser agradecidos por las acciones de Dios en nuestro día a día. Debemos ser agradecidos con Dios por nosotros y por las personas que amamos. Tal como el apóstol Pablo, quien estaba agradecido con Dios por el crecimiento de la iglesia de Tesalónica:

Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,
(1 Tesalonicenses 3:9)

Obra Citada

¹ ² Carlo Rusconi. Diccionario del Griego del Nuevo Testamento. São Paulo: Paulus, 2003.

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