La enfermedad puede llegar a nuestra vida en cualquier momento. Esto puede causarnos cierta ansiedad o miedo. Sin embargo, la enfermedad nos presenta una oportunidad para confiar en Dios y fortalecer nuestra fe con la paz que él nos da.
Alimenta tu mente y tu espíritu con la Palabra de Dios, llénate más del Espíritu Santo y tu confianza en Dios crecerá. Dios es tu refugio, puedes acudir a él en cualquier momento (Salmo 46). ¡Refúgiate en el Dios todopoderoso! Fortalece hoy tu fe con las siguientes verdades y versículos sobre la paz de Jesús. Confía en Dios en la enfermedad.
1. Recuerda que Jesús ya venció
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
Verdad: No hay ninguna enfermedad ni ninguna aflicción que tenga más poder que nuestro Dios.
Oración: Señor, gracias porque tus palabras traen tranquilidad y sosiego a mi vida aun cuando me encuentre en medio de luchas y dificultades. ¡En ti está la verdadera paz! Gracias porque tú ganaste la victoria sobre las aflicciones que me toca enfrentar en este mundo. Tú tienes el control de todo y pongo mi confianza en ti, Rey vencedor. Amén.
2. Toma tiempo para escuchar al Señor
Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles...
(Salmo 85:8a)
Verdad: Dios está siempre cerca en medio de cualquier circunstancia. Si presto la debida atención podré escuchar su voz.
Oración: Padre, ayúdame a tomar tiempo para guardar silencio ante ti y escuchar tu voz. Ayúdame también a obedecerte porque es en la obediencia donde encontramos la verdadera paz. Quiero servirte con todo mi ser, quiero andar sabiamente y vivir dentro de tu voluntad. ¡Ayúdame, Papá! Amén.
3. Lleva tus problemas a Dios
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Verdad: Puedo compartir todos mis sentimientos y anhelos con Dios. Él no está aislado; él está siempre a mi lado y me escucha.
Oración: Padre Dios, enséñame a no inquietarme. Que mi primera reacción ante los problemas sea ir en oración ante tu presencia, llevando todas mis cargas y preocupaciones ante ti. Quiero recordar con gratitud todo lo que ya has hecho por mí. Hazme consciente de tu presencia y de tu paz en todo momento. Ayúdame a mantener mis pensamientos firmes en ti, alineados con lo que tú dices en tu Palabra. Confío en que me ayudarás. En el nombre de Jesús, amén.
4. Hay paz para los que aman la ley de Dios
Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar.
(Salmo 119:165)
Verdad: Amar y servir a Dios trae bienestar y paz a mi vida. No hay enfermedad ni problema que pueda arrebatarme el bienestar y la paz que él me da.
Oración: Señor, enséñame a amar hacer lo que te agrada. Sé que el conocer tu Palabra y andar de acuerdo con lo que ella dice traerá paz a mi corazón. No solo eso, seré más fuerte y lograré hacer frente a las tormentas de la vida sin tropezar. Dame un amor verdadero por tu ley y un deseo ferviente de agradarte. En el nombre de Jesús, amén.
5. Entrega la ansiedad al Señor
Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:7)
Verdad: Dios desea que comparta mis temores y ansiedades con él. Yo no tengo que llevar la carga.
Oración: Señor, no quiero llevar esta carga sobre mis hombros. Te entrego todos mis problemas y toda mi ansiedad. Gracias porque tú cuidas de mí, puedo descansar con tranquilidad porque estoy en tus brazos. Muéstrame cuál es mi responsabilidad en medio de esta situación y enséñame a actuar en consecuencia. Confío y tengo fe de que tú harás todo lo demás. En su momento veré los resultados. Que esta situación me acerque más a ti, que mi dependencia en ti salga fortalecida. En tu nombre, Jesús. Amén.
31 versículos para vencer la ansiedad y el miedo
6. Vive en su paz
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
(Colosenses 3:15)
Verdad: Al acercarme a Dios, él toma el control de mis sentimientos. Él apacigua mi ansiedad y me llena de paz.
Oración: Señor, quiero vivir con el corazón lleno de tu paz. Anhelo inspirar a otros a seguirte y a disfrutar también de la paz que tú das. Ayúdame a representar bien tu nombre, a ser ejemplo aun en medio de las situaciones difíciles que nos llegan de forma inesperada. Y ayúdame a darte gracias por tu presencia, por tu paz y porque siempre obras a favor de los que te aman. En tu nombre, Jesús, amén.
7. La paz de Dios es especial
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)
Verdad: No hay nada en este mundo que pueda llenarme de paz como lo hace mi Señor. Su paz permanece para siempre y me llena de valor.
Oración: Gracias, Padre, porque la paz que tú me das no se puede comparar con la del mundo. ¡Es especial! Estoy lleno de gratitud porque de ti recibo nuevas fuerzas para lograr afrontar los problemas y dificultades que se me presentan. Gracias porque tu Espíritu Santo vive en mí y me recuerda que cuento contigo y con tu incomparable paz. Sé que podré salir adelante y contigo obtendré la victoria (Salmo 60:12). En el nombre de Jesús, amén.
8. Dios te da una paz perfecta
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.
(Isaías 26:3)
Verdad: Cuando confío en Dios me lleno de su paz. En medio de esta situación, quiero confiar más y más en él.
Oración: Señor, gracias porque tu perfecta paz llena lo más íntimo de mi ser. En ti confío. Ayúdame a perseverar en mi servicio a ti y en mi completa dependencia de ti. Quiero permanecer firme en todo momento, con mis ojos puestos en ti. Que las luchas de la vida no me hagan dudar de tu amor y de que tú sí estás obrando, aunque no pueda verlo de inmediato. A su debido tiempo lograré ver tu poder manifestado en medio de cada situación. Amén.
9. Servimos al Príncipe de paz
Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo;
la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos nombres:
Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.
(Isaías 9:6)
Verdad: Dios es el único que puede darme completa paz, fortaleza y el consejo que necesito para seguir adelante en medio de esta tempestad.
Oración: Padre Dios, gracias por todo lo que tú eres y lo que eso significa para mí. En ti encuentro el consejo preciso y la fuerza necesaria para enfrentar los retos de la vida. En ti tengo la esperanza de la vida eterna, el gozo de que moraré contigo por siempre. Y eres tú, Príncipe de paz, quien me concede la verdadera paz en todo momento. Gracias porque te revelaste a mí y me hiciste parte de tu familia. Y gracias porque en ti puedo disfrutar de paz aquí y por la eternidad. Te amo, Señor, amén.
10. Puedes descansar en su paz
En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado.
(Salmo 4:8)
Verdad: La paz de mi Dios me cubre día y noche. Puedo confiar, él me cuida.
Oración: Señor, gracias porque sea cual sea el peligro que nos rodee, siempre podemos refugiarnos en tus brazos de amor y descansar llenos de paz. ¡Aumenta mi confianza en ti! ¡Aumenta mi fe! Enséñame a acudir a ti y a no permitir que el miedo me supere. Que en medio de las dificultades yo pueda mirarte a ti y descansar en ti. En el nombre de Jesús, amén.
Señor, en medio de esta situación mundial tan difícil e incierta, elijo llenarme de tu paz. En tu nombre venceremos.
Otros artículos que podrían ser de interés: