El rol del hombre en la familia según la Biblia


Dios ama a hombres y mujeres por igual, pero ha definido roles diferentes para ambos. Hay que celebrar la diferencia entre hombres y mujeres porque se complementan. Reconocer la diferencia no quiere decir que los hombres son mejores que las mujeres o viceversa. Todos son amados por Dios e importantes para él.

En la vida, un hombre puede ser esposo, padre, líder en la iglesia. Incluso si no está casado, el hombre está llamado a cuidar de su familia, ofreciéndole protección. En el contexto de la familia, el hombre debe tener madurez en Dios y guiar a la familia en los caminos del Señor.

Veamos diferentes áreas en las que la Biblia deja claro el papel que debe ejercer el hombre.

Vivir con integridad, dando lo mejor de sí en todo lo que hace

Como todos, el hombre es llamado a ser íntegro y a esforzarse en todo lo que hace. Se espera del hombre cristiano que actúe como lo haría Cristo en todo momento, amando a su familia y a los demás, respetando a todos y dando buen ejemplo.

Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes.
(1 Corintios 6:13)

Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente.
(Colosenses 3:23)

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible y que tenga una sola esposa; que sea sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no afecto al vino, ni pendenciero, ni codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción y con toda honestidad.
(1 Timoteo 3:2-4)

No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.
(Efesios 5:18)

Proveer para su familia

Esté casado o no, el hombre debe trabajar y proveer para su familia. Dios llama al hombre a ser un proveedor responsable dentro del hogar. Además de proveer lo material, también debe asumir con diligencia y compromiso el bienestar de su familia. La Biblia resalta que el trabajo es parte esencial de la vida del hombre, y que su esfuerzo es una expresión de amor y responsabilidad hacia los suyos.

El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
(1 Timoteo 5:8)

Cuando estábamos con ustedes, también les ordenamos esto: «Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.»
(2 Tesalonicenses 3:10)

El hombre de bien deja herencia a sus nietos;
las riquezas del pecador se quedan para los justos.
(Proverbios 13:22)

Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo volverás.
(Génesis 3:19)

Ser líder espiritual

El hombre tiene el llamado divino de guiar espiritualmente a su familia. Como líder espiritual, debe fomentar una vida de fe, oración y obediencia a Dios, modelando una relación sincera con el Señor. Su ejemplo e instrucción son fundamentales para que su familia crezca en la verdad y permanezca firme en el camino del Señor.

Por todo esto, respeten y honren al Señor. Sírvanle con integridad y de todo corazón. Echen fuera a los dioses que sus padres adoraron en el otro lado del río y en Egipto, y que aún están entre ustedes, y en su lugar sirvan al Señor. Pero si no les parece bien servirle, escojan hoy a quién quieren servir, si a los dioses que sus padres adoraron cuando aún estaban al otro lado del río, o a los dioses que sirven los amorreos en esta tierra donde ahora ustedes viven. Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor.
(Josué 24:14-15)

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:6-7)


Amar a su esposa como Jesús ama a su iglesia

El amor del esposo hacia su esposa debe reflejar el amor sacrificial de Cristo por su iglesia. Este amor se manifiesta en el respeto, el cuidado, la comprensión y la entrega total. La Biblia enseña que el matrimonio es una relación de unidad y honra mutua, donde el esposo tiene el deber de proteger y valorar a su esposa.

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
(Efesios 5:25)

De la misma manera, ustedes, los esposos, sean comprensivos con ellas en su vida matrimonial. Hónrenlas, pues como mujeres son más delicadas, y además, son coherederas con ustedes del don de la vida. Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo.
(1 Pedro 3:7)

Ustedes los esposos, amen a sus esposas, y no las traten con dureza.
(Colosenses 3:19)

Criar a sus hijos ayudándolos a desarrollarse física, intelectual y espiritualmente

El hombre tiene una misión crucial en la formación de sus hijos. Más allá de proveer, debe educarlos con amor, disciplina y sabiduría, guiándolos para que conozcan a Dios y vivan con rectitud. Su ejemplo y enseñanza dejarán una huella duradera en la vida de sus hijos, ayudándolos a crecer en todos los aspectos.

Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que ha prometido.
(Génesis 18:19)

Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor.
(Efesios 6:4)

El hombre justo no se aparta de su integridad;
¡dichosos sus hijos, que siguen sus pasos!
(Proverbios 20:7)

Varón cristiano, vive para el Señor: