El llamado de los discípulos de Jesús fue muy importante en la vida de 12 hombres sencillos que convivieron de cerca con el gran Salvador del mundo durante aproximadamente 3 años. La invitación especial para estos hombres se dio de forma personal y significativa. Los textos con el llamado de los discípulos aparecen registrados en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Pedro y Andrés, su hermano, fueron llamados mientras aún eran pescadores. Andrés era uno de los discípulos de Juan el Bautista y, desde que escuchó el testimonio sobre Jesús, comenzó a seguirlo. Él también presentó a su hermano, Pedro (Simón), a Cristo. Además de ellos, Jesús también llamó a otros pescadores: Santiago y Juan. Ellos trabajaban en el negocio de pesca con su padre, Zebedeo. Pero, cuando fueron llamados, dejaron las redes para seguir a Jesús.

Mateo, también conocido como Leví, era un recaudador de impuestos. A pesar de no ser bien visto por la sociedad, Jesús también lo llamó para seguirlo. Mateo estaba sentado en la oficina de recaudación cuando Jesús pasó por allí y lo llamó. Entonces, dejando todo, Mateo comenzó a seguir al Señor.
Cierto día, Jesús fue a la región de Galilea y encontró a otro joven de Betsaida, la misma ciudad de Andrés y Pedro. Su nombre era Felipe. Lo llamó, y él respondió de inmediato a su llamado. Felipe encontró a su amigo Natanael (Bartolomé) y también lo invitó a conocer a Jesús. Natanael mostró cierta resistencia, pero pronto se convenció de que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios. Ellos aceptaron la invitación y se unieron al grupo de los primeros discípulos.
Jesús llamó a sus discípulos para seguirlo y participar en su misión de predicar el Evangelio y anunciar la llegada del reino de Dios. En Cristo se cumplió la antigua alianza, y también se estableció la nueva alianza con todos los que creen en Jesús, el Hijo de Dios.
La Biblia no relata cómo ocurrió el llamado de los otros 5 discípulos: Tomás; Santiago, hijo de Alfeo; Judas Tadeo; Simón el Zelote y Judas Iscariote. Aunque no se ofrecen detalles específicos sobre el llamado de estos discípulos, sabemos que Jesús los escogió con un propósito claro.
El llamado de cada uno y sus detalles
El llamado de 4 pescadores: Pedro, Andrés, Santiago y Juan
Primeramente, Jesús llamó a 4 pescadores: los hermanos Pedro y Andrés, y también a los hijos de Zebedeo: Santiago y Juan. Él los llamó diciendo: "Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres." Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Poco después de llamar a Pedro y Andrés, que pescaban en el mar de Galilea, Jesús, al avanzar un poco más, vio a otros pescadores: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. Ellos estaban en el barco con su padre, remendando las redes. Jesús pasó y los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron el barco y a su padre, y siguieron a Cristo.
El evangelista Juan añade otro detalle: antes de que Jesús lo llamara, Andrés era discípulo de Juan el Bautista. Escuchó el testimonio que Juan dio sobre Jesús y también presentó a Pedro, su hermano, a Cristo. En esa ocasión, Jesús cambió el nombre de Simón por el de Pedro.
En el evangelio de Lucas vemos otro episodio interesante también relacionado con el llamado de los discípulos. En la historia conocida como la pesca milagrosa, Pedro, Santiago y Juan estaban en una barca y presenciaron un gran milagro de Jesús. Así creyeron en él, lo dejaron todo y lo siguieron.
Jesús llama a un funcionario público: Mateo
Mateo, llamado Leví, era un recaudador de impuestos, también conocido como "publicano". Los publicanos (funcionarios públicos), como Mateo, eran considerados pecadores y corruptos en aquel tiempo, siendo despreciados por los judíos, como traidores de Israel.
Esto se debía a que trabajaban para el Imperio romano, cobrando el impuesto exigido, pero también explotaban y extorsionaban a la población, quedándose con una parte para sí. No obstante, Jesús no tuvo prejuicio contra Mateo. Lo encontró sentado en la oficina de recaudación y le dijo: "Sígueme... Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores." Mateo se levantó, lo dejó todo atrás y lo siguió.
Jesús busca más seguidores: Felipe y Natanael
Jesús fue a Galilea y, encontrando a Felipe, lo llamó diciendo: "Sígueme". Felipe, siendo de Betsaida, encontró a Natanael (Bartolomé) y le dijo que había encontrado al Mesías. Cuando Natanael fue hasta Jesús, habló con él y se convenció de que Jesús era el Hijo de Dios, así que también se convirtió en su discípulo.
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El llamado de Tomás, Santiago (hijo de Alfeo), Tadeo, Simón y Judas Iscariote
Sobre cinco de los doce discípulos, no tenemos detalles específicos del llamado que les hizo Jesús. Ellos son: Tomás, conocido por haber dudado de la resurrección de Jesús; Santiago, hijo de Alfeo, que no debe confundirse con Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan.
También Judas Tadeo; Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús y era el tesorero del grupo. Por último, Simón el Zelote o el cananista, que antes de seguir a Jesús, formaba parte del partido político-militar de los zelotes, un grupo nacionalista judío que se rebelaba contra Roma. La Biblia no describe los detalles del llamado de estos discípulos.
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Textos bíblicos sobre el llamado de Jesús a sus discípulos
Los llamados de siete de los discípulos, Pedro, Andrés, Juan, Santiago, Mateo, Felipe y Natanael (Bartolomé), se encuentran en pasajes de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Los otros 5 discípulos: Tomás; Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo; Simón el Zelote y Judas Iscariote aparecen en los relatos generales cuando el grupo de los doce discípulos fue elegido por Jesús.
A continuación encontrarás algunos de los textos bíblicos:
Pedro y Andrés
Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron.
(Mateo 4:18-20 - también en Marcos 1:14-20)
Al día siguiente, Juan estaba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Al ver a Jesús, que andaba por allí, dijo: «Este es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos lo oyeron hablar, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les dijo: «¿Qué buscan?» Ellos le dijeron: «Rabí (que traducido significa “Maestro”), ¿dónde vives?» Les dijo: «Vengan y vean.» Ellos fueron, y vieron donde vivía, y se quedaron con él aquel día, porque ya eran como las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Este halló primero a Simón, su hermano, y le dijo: «Hemos hallado al Mesías (que traducido significa “el Cristo”).» Entonces lo llevó a Jesús, quien al verlo dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).»
(Juan 1:35-42)
Santiago y Juan
Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca, junto a su padre, y remendaban sus redes. Jesús los llamó, y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, lo siguieron.
(Mateo 4:21-22)
En cierta ocasión, Jesús estaba junto al lago de Genesaret y el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Jesús vio que cerca de la orilla del lago estaban dos barcas, y que los pescadores habían bajado de ellas para lavar sus redes. Jesús entró en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, y le pidió que la apartara un poco de la orilla; luego se sentó en la barca, y desde allí enseñaba a la multitud. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: «Lleva la barca hacia la parte honda del lago, y echen allí sus redes para pescar.» Simón le dijo: «Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y no hemos pescado nada; pero ya que tú me lo pides, echaré la red.» Así lo hicieron, y fue tal la cantidad de peces que atraparon, que la red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Cuando aquellos llegaron, llenaron ambas barcas de tal manera, que poco faltaba para que se hundieran. Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: «Señor, ¡apártate de mí, porque soy un pecador!» Y es que tanto él como todos sus compañeros estaban pasmados por la pesca que habían hecho. También estaban sorprendidos Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: «No temas, que desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron entonces las barcas a tierra, y lo dejaron todo para seguir a Jesús.
(Lucas 5:1-11)
Mateo (Leví)
Al continuar su camino, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Y Mateo se levantó y lo siguió.
(Mateo 9:9)
Felipe y Natanael (Bartolomé)
Al día siguiente, Jesús quiso ir a Galilea, y halló a Felipe y le dijo: «Sígueme.» Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Y Felipe halló a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.» Natanael le dijo: «¿Y de Nazaret puede salir algo bueno?» Y le dijo Felipe: «Ven a ver.» Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo de él: «Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay engaño.» Natanael le dijo: «¿Y de dónde me conoces?» Jesús le respondió: «Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.» Natanael le dijo: «Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios!; ¡tú eres el Rey de Israel!» Jesús le respondió: «¿Crees sólo porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas mayores que éstas verás!» También le dijo: «De cierto, de cierto les digo, que de aquí en adelante verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.»
(Juan 1:43-51)
Tomás, Santiago (hijo de Alfeo), Judas Tadeo, Simón el Zelote y Judas Iscariote
Después Jesús subió a un monte y llamó a los que él quiso, y ellos se reunieron con él. A doce de ellos los designó para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar, y para que tuvieran el poder de expulsar demonios. Estos doce eran: Simón, a quien puso por nombre «Pedro»; Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes les puso por nombre «Boanerges», que significa «Hijos del trueno»; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, que fue quien lo traicionó.
(Marcos 3:13-19)
Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo conceda.
(Juan 15:16)
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