En la Biblia, el plan original de Dios para el matrimonio es que sea una unión permanente entre un hombre y una mujer. Sin embargo, en casos de infidelidad o abandono, se puede permitir el divorcio. La Escritura deja claro que estos casos son excepciones y no la regla.
Dios desea que los matrimonios se restablezcan siempre que sea posible, pero reconoce que, en casos extremos, la separación puede ser necesaria para proteger al cónyuge herido.
Razones para la separación en la Biblia
La Biblia menciona dos situaciones específicas en las que se puede considerar el divorcio.
1. Infidelidad conyugal
La infidelidad conyugal, o “inmoralidad sexual” como se la llama en la Biblia, es la ruptura del compromiso de fidelidad hecho en el acto del matrimonio. Incluye prácticas sexuales fuera del matrimonio y conductas que violan el pacto matrimonial. Jesús abordó este tema en Mateo 19:3-9, explicando que el divorcio estaba permitido debido a la dureza del corazón humano, pero que no era el plan original de Dios.
2. Abandono
En 1 Corintios 7:15, el apóstol Pablo enseña que si un cónyuge incrédulo decide abandonar el matrimonio, el creyente es libre de continuar en paz. El abandono puede manifestarse de otras maneras, como la negligencia emocional, la violencia, la traición o la continua falta de respeto al pacto matrimonial. En estas situaciones se debe priorizar la seguridad y la paz.
Volverse a casar después del divorcio
Las situaciones de divorcio y nuevo matrimonio deben considerarse con mucho cuidado. La Biblia da orientación sobre cómo proteger el matrimonio como un vínculo sagrado, pero también ofrece misericordia cuando es necesario.
La Biblia permite el divorcio y el volverse a casar en situaciones específicas. Cuando hay infidelidad, la víctima de la traición, como no es culpable, puede casarse nuevamente. Asimismo, en caso de abandono, el cónyuge rechazado queda liberado del compromiso matrimonial, lo que se considera como permiso para un nuevo matrimonio.
Las iglesias generalmente adoptan una de las siguientes posiciones con respecto al nuevo matrimonio de un creyente divorciado:
- La posición más común en las iglesias es la siguiente: Solo se le permite a la parte inocente el volverse a casar. Quien haya cometido inmoralidad o haya abandonado su hogar debe arrepentirse y buscar la reconciliación.
- Algunas iglesias permiten que ambas partes se vuelvan a casar. Si el divorcio se produjo por inmoralidad o abandono del hogar y no es posible la reconciliación, se le permite a ambas partes volver a casarse.
- Otras iglesias prohíben volver a casarse en todos los casos. Una persona puede divorciarse, pero no puede volver a casarse.
El divorcio debe ser la última opción
Para los cristianos, el divorcio debe ser siempre la última opción. Según la Biblia, la reconciliación y el perdón deben fomentarse siempre que sea posible.
La Biblia no aborda claramente si es posible volver a casarse para quienes están divorciados. Esto se debe a que tanto Jesús como Pablo, al tratar el tema, no defienden la legalización, sino que combaten la trivialización del divorcio.
La Biblia, al abordar el tema, enfatiza la importancia del matrimonio y no la posibilidad del divorcio.
La importancia de buscar apoyo y orientación antes del divorcio
Si estás pasando por dificultades en tu matrimonio, debes saber que no estás solo. Es importante que hables con alguien en quien confías, como el pastor de tu iglesia, un consejero cristiano u otro líder espiritual. Ellos pueden ofrecer apoyo, oraciones y una perspectiva bíblica para ayudarte a discernir el mejor camino.
Recuerda: Dios es un Dios de gracia, misericordia y restauración. Confía en él en todo momento y permite que sea él quien guíe tus decisiones.
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