Las historias bíblicas nos enseñan mucho sobre los valores del reino de Dios. La gratitud es una de las virtudes importantes que nos permite reconocer y expresar nuestro agradecimiento a Dios por sus bendiciones y misericordias. Ya sea a través de oraciones, acciones o alabanzas, la gratitud fortalece nuestra fe y nos mantiene alegres y humildes por la bondad que hemos recibido de Dios.
Reflexiona sobre estos ejemplos que hablan de gratitud y cultivan un corazón agradecido con Dios en todas las circunstancias.
1. Jesús sanó a 10 leprosos, pero uno solo le mostró su gratitud
Jesús iba de camino a Jerusalén y atravesaba varios pueblos de Samaria y Galilea, cuando lo vieron diez leprosos y, de lejos, le pidieron que los sanara. No se acercaron a Jesús porque la ley impedía que los enfermos de lepra se acercaran a la gente sin que antes el sacerdote les confirmara que estaban sanos.
Jesús les dijo que debían ir y presentarse ante el sacerdote. Así lo hicieron y cuando iban camino allá, fueron sanados. Al verse totalmente sano, uno de los diez volvió para dar gracias a Jesús. Solamente aquel hombre samaritano vino a agradecerle y dar gloria a Dios por la sanidad que había recibido.
Reflexión: Esta historia nos recuerda la importancia de expresar nuestra gratitud al Señor. Jesús se sorprendió al ver que de los diez que fueron sanados, solo uno regresó a dar las gracias. Y este hombre sanado, siendo extranjero, fue alabado por su fe. La ingratitud de los otros nueve muestra con qué facilidad podemos olvidarnos de reconocer las bendiciones de Dios en nuestras vidas. Además, Jesús declaró que el ex leproso había sido salvado por su fe. Más que sanación, también recibió salvación.
2. La oración de agradecimiento de Ana
Ana era estéril y sufría mucho porque no podía tener hijos. Una vez, ella fue al Templo sintiéndose triste y amargada, pero oró e hizo un voto al Señor. Ana pidió un hijo y confió en Dios. Dios le concedió quedar embarazada. Ella dio a luz a Samuel, y consagró a su hijo para que sirviera al Señor toda su vida.
Ana tomó a Samuel después que había sido destetado, cuando todavía era muy niño, y lo llevó para que sirviera a Dios, viviendo en el templo. Después de esto, Ana cantó un hermoso himno de alabanza y gratitud a Dios, celebrando la vida y la gracia concedida por el Señor a quienes esperan en él.
Y Ana oró y dijo:
Mi corazón se regocija en Jehová,
Mi poder se exalta en Jehová;
Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,
Por cuanto me alegré en tu salvación.
No hay santo como Jehová;
Porque no hay ninguno fuera de ti,
Y no hay refugio como el Dios nuestro.
(1 Samuel 2:1-2)
Reflexión: La oración de gratitud de Ana por las bendiciones recibidas demuestra humildad, reconocimiento y completa confianza en Dios. Su ejemplo nos enseña a llevar delante de Cristo toda nuestra tristeza y aflicción, pero también toda alabanza y gratitud en reconocimiento a toda su bondad en nuestras vidas.
Puedes leer la oración completa de Ana en 1 Samuel 2:1-11
3. La gratitud de Pablo por sus hermanos
El apóstol Pablo escribió varias cartas a las iglesias y a menudo expresaba su gratitud a Dios por ellas. En Filipenses, Pablo da gracias por la iglesia de Filipos y por la colaboración de esos hermanos en la proclamación del evangelio.
Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
(Filipenses 1:1-3)
Reflexión: Estar agradecido por la amistad y la ayuda de otras personas que nos rodean es una actitud importante para los cristianos. En 1 Tesalonicenses 5:18, Pablo recomienda que demos gracias en todas las circunstancias: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
4. La alabanza y gratitud de David
David es uno de los personajes más conocidos de la Biblia: de simple pastor, pasó a ser un gran guerrero y reconocido rey en Israel. Pero no fueron solo sus grandes hazañas, como derrotar a un gigante, las que lo hicieron destacar en las Escrituras. David amaba al Señor y a menudo demostraba su gratitud a través de canciones, oraciones y alabanzas.
Muchos de estos himnos fueron registrados en el libro bíblico de los Salmos. David consideraba a Dios como su pastor cuidadoso, por lo que siempre quería alabarlo y agradecerle. En el Salmo 103, por ejemplo, David enumera las bendiciones de Dios como el perdón de los pecados, la sanidad divina y la redención de la vida. Él invitó a su propia alma a bendecir al Señor y recordar todos sus beneficios.
Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
(Salmo 103:1)
Reflexión: La gratitud debe ser una práctica constante en nuestras vidas. El ejemplo de David nos ayuda a recordar que esta actitud agrada a Dios y nos mantiene conscientes de las muchas maneras en que Dios cuida de nosotros.
Jesús fue el máximo ejemplo de alguien con una actitud de gratitud. En varias ocasiones demostró que la gratitud debe ser parte integral de la vida de fe, incluso en momentos de necesidad o frente a los desafíos.
Veamos algunos de estos momentos de acción de gracias de Jesús:
5. Acción de gracias antes de la multiplicación de los panes y los peces
Antes de realizar el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dio gracias a Dios:
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
(Juan 6:11)
Reflexión: Incluso ante una multitud hambrienta, con una necesidad tan grande y aparentemente imposible de satisfacer, Jesús nos enseña que la fe y la gratitud son fundamentales.
Puedes leer la historia completa en: Lucas, 9:10-17, también Mateo 15:36 y Marcos 8:6.
6. Gratitud antes de resucitar a Lázaro
Antes de resucitar a Lázaro, Jesús oró agradeciendo a Dios por haberlo escuchado.
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
(Juan 11:41-42)
Reflexión: Jesús tenía comunicación directa con el Padre, quizá ni siquiera necesitaba orar en voz alta. Pero dijo eso para que la multitud creyera que él había venido de Dios y que hacía los milagros de Dios. En cierto modo, él continúa enseñándonos también la importancia de la confianza y la gratitud. Este momento revela la divinidad de Cristo y su conexión con el Padre, dando gracias a Dios por su fidelidad antes de que ocurriera el milagro.
7. Acción de gracias en la última cena
Durante la última cena, Jesús dio gracias antes de compartir el pan y el vino que simbolizaban su cuerpo y su sangre.
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
(1 Corintios 11:24)
Reflexión: Este acto de gratitud, aun sabiendo el gran sufrimiento que se acercaba, ejemplifica la disposición de Jesús de agradecer a Dios en toda circunstancia, reconociendo el plan redentor de Dios.
Lee el recuento de la última cena en Lucas 22:14-23.
8. Gratitud por los discípulos y por los creyentes
Jesús estaba agradecido por sus discípulos y por todos los que creyeron en él. Cristo es el Señor de los humildes y mantiene su cuidado sobre todos.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
(Mateo 11:25)
Jesús dio gracias a Dios Padre por revelar verdades espirituales a los humildes y por proteger a quienes le fueron entregados. Jesús también oró por todos los que más tarde creerían en él (Juan 17:20). ¡Por la fe, también estamos incluidos en esta oración!
Reflexión: Como seguidores de Jesús, estamos llamados a imitar su actitud de gratitud en todas las circunstancias, confiando en la fidelidad de Dios y reconociendo su presencia en nuestras vidas.
Sé agradecido y mira la bondad y provisión del Dios soberano sobre ti y tu familia.
Aprende más sobre la gratitud: