Dios dice en la Biblia, en el libro de 1 Samuel, que él honra a los que le honran. Esto significa que Dios cuida y bendice a quienes le son fieles y lo buscan de verdad. Si lo adoramos con sinceridad, reconociendo lo importante que él es y vivimos según sus enseñanzas, él nos honra con su bendición.
Lo opuesto es cierto también: los que no honran a Dios, se alejan de la bendición que él les quiere dar. Un ejemplo claro lo vemos en la historia de Elí y sus hijos, narrada en el libro de 1 Samuel. Elí, aunque era sacerdote, permitió que sus hijos deshonraran a Dios con su comportamiento. En lugar de corregirlos, Elí permitió que desobedecieran a Dios. Como resultado, Dios les quitó el privilegio de servirle.
¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.
(1 Samuel 2:29-30, énfasis añadido)
En contraste, el joven Samuel, que vivía con Elí y su familia, honraba a Dios y crecía en su gracia y en el respeto de los demás. Dios honró a Samuel, lo llamó y lo bendijo como juez y profeta. Dios le reveló a Samuel el castigo que iba a dar a Elí y a sus hijos, y lo escogió para ser líder espiritual y político del pueblo de Israel.
Ejemplos bíblicos de aquellos a los que Dios honra
1. Dios honra a quienes siguen y sirven a Jesús
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
(Juan 12:26).
Esta fue una de las enseñanzas de Jesús. Todo el que le dé prioridad a seguir a Jesús y elija vivir para él en obediencia a sus mandatos, será honrado (reconocido o apreciado) por Dios Padre. ¿La gran recompensa por elegir vivir para Jesús? La salvación y la vida eterna.
2. María, la hermana de Marta
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
(Lucas 10:38-42)
María eligió honrar a Jesús dándole su tiempo y atención, sentándose a sus pies y escuchando sus enseñanzas con atención. Jesús aplaudió su elección. Mientras Marta estaba ocupada con los quehaceres de la casa, María valoró la presencia de Jesús y lo honró a él pasando tiempo con él. Ella recibió la honra de ser recordada como un ejemplo a seguir.
3. Abraham
Abraham dejó todo atrás y eligió obedecer a Dios y confiar en su cuidado. Él creyó las promesas de Dios y dio pasos de fe. Por eso, Dios lo honró y, hasta el día de hoy, es conocido como el patriarca del pueblo de Israel y es considerado por muchos como el padre de la fe cristiana.
Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham.
(Gálatas 3:6-7)
¿Qué significa honrar a Dios?
Honrar a Dios es darle lo mejor de nosotros: nuestro amor, obediencia y devoción. No se trata solo de palabras bonitas o rituales religiosos, sino de un compromiso genuino con él. La Biblia advierte sobre aquellos que honran a Dios solo de labios, pero tienen su corazón lejos de él (Isaías 29:13). La verdadera honra proviene de un corazón que le ama y le obedece.
Honramos a Dios cuando:
- Buscamos conocerlo y hacer su voluntad.
- Le damos lo mejor de nuestro tiempo, talentos y recursos (Proverbios 3:9-10).
- Reconocemos su grandeza y le adoramos sinceramente (Salmo 29:2, Isaías 25:1).
- Vivimos con humildad y temor de Dios (Proverbios 15:33).
- Le obedecemos, porque la obediencia vale más que los sacrificios (1 Samuel 15:22).
Honrar a Dios trae bendición
Dios promete bendecir a quienes le honran. Esto se refleja en diferentes aspectos de nuestra vida:
- Honrarlo con nuestros recursos: Dios bendice a quienes le honran con sus bienes y le dan las primicias de lo que tienen (Proverbios 3:9-10).
- Honrarlo con nuestro cuerpo y espíritu: Somos llamados a glorificar a Dios en todo lo que hacemos (1 Corintios 6:20).
- Honrarlo con nuestra adoración: Darle gloria y reconocer su santidad nos acerca más a él (Salmo 29:2, Salmo 145:5).
- Honrarlo con nuestra obediencia: La obediencia a Dios siempre trae recompensa (1 Samuel 15:22).
Dios merece nuestra honra, y cuando lo honramos, él también nos honra. Esto no significa que todo será fácil o perfecto, pero sí que Dios nos bendecirá y nos fortalecerá para enfrentar los retos de la vida. Vivir para Dios es la mejor decisión que podemos tomar, porque él nunca olvida a quienes le buscan con sinceridad. ¿Estás dispuesto a honrar a Dios con todo tu ser?
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