La Biblia nos dice que Dios creó el mundo, los cielos y la tierra, con el poder de sus palabras. Según leemos en Génesis 1, Dios creó todo en 6 días y descansó el séptimo día. En el principio, la tierra era un caos total, no tenía forma. Había gran oscuridad, todo estaba cubierto por las aguas, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Sin embargo, Dios habló y todo fue transformado. El mundo tomó forma y quedó ordenado.
Dios empezó separando la luz de las tinieblas, creando el día y la noche. Luego creó el firmamento o cielo, reunió las aguas para que apareciera la tierra seca y creó el mar. Hizo que la tierra produjera hierba, plantas y árboles frutales. Después, Dios creó el sol, la luna y las estrellas, los animales marinos y las aves, los animales terrestres, el ganado, los reptiles y, finalmente, al ser humano.
El séptimo día, al terminar la creación, Dios descansó y bendijo ese día como día de descanso. Esa es la historia de la creación, según el relato bíblico en Génesis.
Día 1: Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.
Al principio de la creación solo existía Dios. Él comenzó a crear todo pronunciando las palabras "sea la luz" en la intensa oscuridad inicial. La luz fue creada y Dios reconoció su excelencia, usándola para separar la oscuridad de la luz.
Dios diferenció el día de la noche, estableciendo la luz durante el día y las tinieblas durante la noche. Así terminó el primer día de la creación.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz «día», y a las tinieblas llamó «noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día.
(Génesis 1:1-5)
Día 2: Dios creó el cielo y el firmamento
En el segundo día de la creación, Dios hizo una distinción específica entre las aguas, separándolas en dos lugares distintos. Dios llamó a la gran bóveda «cielo»
Las aguas que quedaron en la atmósfera se convirtieron en nubes, mientras que las que quedaron debajo formaron los océanos. Este acto divino resalta el orden y la organización en la creación del universo.
Luego dijo Dios: «Haya un firmamento en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas.» E hizo Dios un firmamento que separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. Al firmamento llamó Dios «cielos». Y fue la tarde y la mañana del segundo día.
(Génesis 1:6-8)
Día 3: Dios creó la tierra, el mar, la hierba y las plantas
El tercer día, Dios reunió en un solo lugar las aguas que habían quedado bajo el cielo. Así apareció una parte seca a la que Dios llamó «tierra». Y Dios llamó a la parte donde quedaron reunidas las aguas, «mar».
Ese mismo día Dios llamó a la tierra a producir hierba, plantas que dieran semilla y árboles frutales. Ese día surgieron la vegetación y los frutos de la tierra, los bosques, las llanuras y las selvas. Además, Dios proporcionó el crecimiento automático de las semillas de las plantas, asegurando la abundancia de la naturaleza. Dios se deleitó en su creación, la Biblia dice que él vio que todo era bueno.
Dijo también Dios: «Reúnanse las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar, para que se descubra lo seco.» Y fue así. A la parte seca llamó Dios «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares». Y vio Dios que era bueno.
Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.» Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del tercer día.
(Génesis 1:9-13)
Día 4: Dios creó el sol, la luna y las estrellas
Este fue el día en el que Dios creó las lumbreras en el cielo. Él creó dos grandes lumbreras principales: el sol y la luna. El sol dominaría durante el día, y la luna durante la noche. Dios también creó las estrellas, cuyo resplandor es más evidente cuando hay oscuridad.
La rotación de la tierra sobre sí misma y su órbita alrededor del sol, marcan los días y los años. La luna y sus fases ayudan a los humanos a discernir las estaciones y a prever las mareas de los océanos.
Dijo luego Dios: «Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años, y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera menor para que señoreara en la noche; e hizo también las estrellas. Las puso Dios en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra, señorear en el día y en la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del cuarto día.
(Génesis 1:14-19)
Día 5: Dios creó los animales marinos y las aves
Todos los animales acuáticos fueron creados ese día, los cuerpos de agua se poblaron con la gran variedad de seres vivientes que se desplazan por las aguas. Dios creó las especies de peces, ballenas, delfines, pulpos y otros habitantes acuáticos.
Ese mismo día, Dios creó las aves para que volaran por los cielos. Creó una variedad de aves de diferentes tamaños, cada una con su plumaje distintivo para que llenaran los cielos con su diversidad. Dios bendijo los animales marinos y las aves que había creado y como todo lo que había creado, lo declaró bueno.
Dijo Dios: «Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento de los cielos.» Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y los bendijo Dios, diciendo: «Fructificad y multiplicaos, llenad las aguas en los mares y multiplíquense las aves en la tierra.» Y fue la tarde y la mañana del quinto día.
(Génesis 1:20-23)
Día 6: Dios creó a los animales terrestres y al ser humano
El sexto día de la creación, Dios creó a todos los animales que habitan sobre la tierra seca, el ganado y los reptiles. Ese día la tierra, los bosques y los campos se llenaron de todo tipo de animales.
Pero Dios también creó ese día alguien muy especial: el ser humano. Moldeó al hombre y a la mujer para formar una familia. A ellos se les confió la responsabilidad de cultivar la tierra, cuidar de los animales y preservar toda la creación divina.
Al ser humano se le encomendó multiplicarse y poblar la tierra, además de cuidarla o sojuzgarla. Dios puso a disposición de ellos la naturaleza creada y los frutos de los árboles para alimentarse. Las plantas también servirían de alimento para todos los animales y las aves.
Dios culminó la creación del mundo luego de asegurar la provisión de alimento para todos los seres vivientes. Y Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno.
Luego dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie.»
Y fue así. E hizo Dios los animales de la tierra según su especie, ganado según su especie y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.»
(Génesis 1:24-26)
Día 7: Dios instituyó el día de descanso
En ese día, Dios descansó de todo el trabajo que había hecho, no por necesidad, sino porque deseaba disfrutar de la belleza de la creación. Dios bendijo y santificó el séptimo día de la semana como día de descanso.
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
(Génesis 2:1-3)
No tenemos certeza total de que los días a los que se refiere la Biblia fueran días de 24 horas, tal y como los conocemos ahora. La Biblia dice que para Dios, un día es como mil años y mil años como un día (2 Pedro 3:8). Sea como sea, Dios es el creador del mundo en el que vivimos. Él nos creó a cada uno de nosotros, a todo lo que nos rodea, y solo él merece nuestra adoración.
La narrativa bíblica de la creación contrasta con los mitos de otros pueblos antiguos. Si bien estas historias a menudo describen la creación a partir del caos que involucra guerra, sangre y violencia, Génesis 1 destaca la creación por medio del poder de la palabra de Dios. Todas las cosas se formaron tan pronto Dios declaró su existencia, lo cual enfatiza el orden y la creación de forma pacífica.
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