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Hay siete cosas que Dios aborrece y detesta. Son siete pecados con estos nombres: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que trama planes perversos, los pies que se apresuran a hacer el mal, el testigo falso que difunde mentiras y el que suscita discordia entre hermanos.
Mira cómo, en Proverbios 6:16-19, el rey Salomón presenta estos siete pecados abominables ante los ojos de Dios:
Hay seis, y hasta siete cosas
que el Señor detesta con toda el alma:
Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
la mente que maquina planes inicuos,
los pies que se apresuran a hacer el mal,
el testigo falso que propaga mentiras,
y el que siembra discordia entre hermanos.
(Proverbios 6:16-19)
Todos estos pecados son detestables a los ojos de Dios. Al Señor no le agradan la mentira, la discordia, la soberbia, la perversidad y la maldad. Dios aborrece y detesta estas cosas.
Los siete puntos mencionados en Proverbios 16 son frutos del pecado, pero no están relacionados con los siete pecados capitales. Lee aquí la explicación más detallada de las 7 cosas que Dios aborrece:
1. Los ojos altivos
Que nadie se jacte ni sea altanero;
que aparte la insolencia de sus labios,
porque sólo el Señor es quien lo sabe todo;
es el Dios que pondera toda acción.
(1 Samuel 2:3)
La persona arrogante menosprecia a los demás y los trata con desdén. Jesús también fue tratado con desprecio. Quien actúa con orgullo o con arrogancia, no se preocupa por los demás. Jesucristo, que es Dios, fue humilde, manso y recibió a todos con amor.
El Rey de reyes siempre fue amable con todos. ¿Quiénes somos nosotros para actuar con arrogancia y menospreciar a los demás?
2. La lengua mentirosa
Al Señor le repugnan los labios mentirosos;
pero le agradan los que dicen la verdad.
(Proverbios 12:22)
El diablo es mentiroso y es el padre de la mentira (Juan 8:44). Debemos tener claro que nunca surge nada provechoso de la mentira, ningún tipo de beneficio real. Tampoco existen la “mentira buena” ni la “mentira pequeña”. Dios es veraz y se complace con los que dicen la verdad.
3. Las manos que derraman sangre inocente
No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran justas.
(1 Juan 3:12)
Caín fue el primer asesino reportado en la Biblia. Movido por la envidia, asesinó a Abel, quien era su propio hermano.
Estas personas están impulsadas por el mal y son capaces de derramar sangre - directa o indirectamente - para su propio beneficio. Los asesinos no heredarán el reino de Dios y las consecuencias de estos actos son extremadamente graves.
4. La mente que maquina planes inicuos
El hombre depravado, el hombre inicuo, anda en la perversidad de boca.
(Proverbios 6:12)
El malvado o inicuo es una persona que se complace en hacer daño a los demás. Dios odia a los que no tienen entereza de carácter o entereza moral. El que no tiene escrúpulos con tal de conseguir sus objetivos, aunque sea necesario hacer daño a alguien, a ese, Dios lo detesta.
El versículo dice que el malvado anda con la perversidad en la boca, por lo que debemos tener cuidado de no quedar involucrados en sus malvados planes.
5. Los pies que se apresuran a hacer el mal
Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; destrucción y ruina hay en sus calzadas.
(Isaías 59:7)
Este trecho está vinculado a personas que siempre están dispuestas a tramar el mal. Los pies en este verso están vinculados a la acción, a tomar la iniciativa. En lugar de buscar hacer el mal, debemos estar siempre dispuestos a hacer el bien.
"Me he apartado de todo mal camino, para obedecer tu palabra." (Salmo 119:101). ¡Haz el bien! Usa tus pies para mantenerte en el camino del Señor.
6. El testigo falso que propaga mentiras
Mazo, espada y flecha dentada
es el hombre que da falso testimonio contra su prójimo.
(Proverbios 25:18)
El falso testimonio, conocido también como el chisme, es algo detestable delante de Dios. Quien utiliza falso testimonio actúa de mala fe, perjudicando a los demás. Difundir mentiras crea injusticia y, en un momento u otro, quien difunde la mentira puede convertirse en víctima de ella.
Demos buen testimonio, obremos con justicia: "Hijitos, nadie los engañe. El que practica justicia es justo, como él es justo." (1 Juan 3:7).
7. El que siembra discordias entre hermanos
Pero evita las contiendas necias, las genealogías, las controversias y los debates acerca de la ley; porque de nada aprovechan y son vanos.
(Tito 3:9)
Dios aborrece a todo aquel que causa discordia entre hermanos. Sobre este séptimo punto, la Biblia nos dice que Dios detesta con toda el alma al que siembra discordias. Cualquiera que se aprovecha de la Palabra de Dios para provocar conflictos, comete un grave error.
Mientras Cristo estuvo en la tierra, tuvo que enfrentarse a muchas personas que utilizaban las Escrituras para crear confusión. Mientras Jesús realizaba milagros - incluso curaciones durante el día sábado en 7 ocasiones - muchos religiosos querían discutir la legalidad del acto.
Desafortunadamente, ciertas cuestiones bíblicas pueden alejar a las personas de Dios. Por tanto, cualquier duda respecto a la Palabra de Dios debe ser tratada con respeto, buscando comprensión y evitando discusiones.
Quien alimenta discusiones, provocando discordia entre hermanos, actúa contra el Evangelio de Cristo. Por eso, apártate del pecado y busca a Dios.
Aprende más sobre actitudes que no agradan a Dios: