¿Necesitas decidir algo importante, pero no sabes qué hacer? La Biblia puede ayudarte a tomar la decisión correcta. Dios quiere ayudarte en cada momento de tu vida, incluidas las grandes decisiones. Cuando pedimos ayuda al Señor, él nos guía y nos ayuda a tomar la mejor decisión.
1. Pídele a Dios que te ayude a tomar una decisión sabia
Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios —quien da a todos con liberalidad y sin reprochar— y le será dada.
(Santiago 1:5)
Cuando no sepas qué hacer, puedes pedirle a Dios sabiduría para tomar la decisión correcta. Aunque no recibas ninguna revelación, Dios puede guiarte y darte entendimiento.
2. Haz todo para la gloria de Dios
Por tanto, ya sea que coman o beban, o que hagan otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.
(1 Corintios 10:31)
Decidas lo que decidas, hazlo para la gloria de Dios. La primera gran decisión que debes tomar es honrar a Dios. Reflexiona sobre si el siguiente paso en tu decisión agradará a Dios o no, y luego decide.
3. No tomes decisiones con enojo o ira
El necio da rienda suelta a toda su ira, pero el sabio conteniéndose
la apacigua.
Proverbios 29:11)
La ira solo contribuye a tomar malas decisiones, por impulso, lo cual no es bueno. Intenta calmarte y orar. Pídele a Dios que te guíe y luego haz tu elección con calma y consideración.
4. Busca el consejo de una persona sabia
Donde no hay consulta
los planes se frustran,
pero con multitud de consejeros
se realizan.
(Proverbios 15:22)
El consejo de una persona más sabia y experimentada puede ser muy importante. A menudo, cuando hablas con otra persona sobre el tema, descubres lo que necesitas hacer.
5. Pon a Dios antes que tus decisiones
Muchos planes hay en el corazón del hombre,
pero solo el propósito del SEÑOR
se cumplirá.
(Proverbios 19:21)
Todos cometemos errores. Sin conocer el futuro, no puedes estar seguro de haber tomado la decisión correcta. Pero puedes confiar en que Dios cuidará de ti, incluso si no sabes lo que sucederá.
6. Prepárate para tomar decisiones difíciles
Bendito sea el SEÑOR, mi roca,
quien adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la guerra.
(Salmo 144:1)
La oración constante y la lectura de la Palabra de Dios nos ayudan a prepararnos para cualquier situación. Dios quiere prepararnos para cuando lleguen los grandes momentos y desafíos, así que mantente en contacto con él y lee su Palabra. ¡Prepárate para las batallas de la vida!
Prepárate para tomar decisiones sabias que alegren a Dios: