¿Sientes que tu fe decae? ¿Piensas que el camino es muy duro y que te cuesta continuar? ¡Recuerda que el Señor está contigo y su Espíritu Santo mora en ti! Él te dará fuerzas para seguir adelante.
Encontramos un buen ejemplo en el profeta Habacuc. Cuando él vio al pueblo declinar espiritualmente, no se dejó llevar por el desánimo. Él recordó todo lo que Dios había hecho en ellos y por ellos, y fue delante del Padre en oración e intercesión, pidiendo un avivamiento.
Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo... (Habacuc 3:2a)
Recuerda todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo ha manifestado su poder en tu vida. Acércate a Dios en oración intensa, escucha su voz y permite que su Espíritu Santo avive hoy tu fe. Cobra ánimo y vive en el poder del Espíritu Santo.
Hechos 1:8
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
(Hechos 1:8)
Tal como sucedió con la primera iglesia, llenarte del Espíritu Santo te capacita para ser testigo del Señor Jesucristo dondequiera que vas. ¿Quieres avivar tu fe cada día? Llénate del poder del Espíritu Santo y sal a compartir con los demás el amor y la salvación que has recibido por medio de Jesús. ¡Muévete en su poder y alcanza a las naciones!
Hechos 4:31
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
(Hechos 4:31)
El Espíritu Santo echa fuera el temor al ridículo o a la reacción negativa de los demás. Ora cada día y pídele al Señor que te llene con su Espíritu, que te ayude a compartir su mensaje de forma adecuada y bondadosa con aquellos que te rodean. La oración es vital para fortalecer tu vida espiritual y te impulsa a ser valiente en Cristo.
1 Juan 4:13
¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu.
(1 Juan 4:13)
Sentir el Espíritu Santo en ti es una forma clara de saber que estás en el camino que el Señor desea. ¿Cuál es ese camino? El camino de amistad con Dios, de estar unido a él en todo momento, haciendo su voluntad y dejando que él dirija tus pasos.
Isaías 44:3
Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus vástagos.
(Isaías 44:3)
La Biblia está llena de promesas de bendición y de fruto. La promesa de derramar su Espíritu sobre el pueblo de Israel y sus descendientes, es una promesa que Dios extiende a todos sus hijos.
Dios desea bendecirte abundantemente, y su bendición más maravillosa es llenarte con la presencia del Espíritu Santo. Toda la sequía espiritual de tu alma se irá al recibir su presencia y su bendición fluirá.
Juan 14:25-26
Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
(Juan 14:25-26)
El Espíritu Santo te consuela y te orienta en tu andar con Dios. De él recibes ánimo para seguir adelante en los momentos más difíciles. También te da la orientación necesaria para actuar tal como el Señor lo desea en medio de cualquier situación. Es el Espíritu Santo quien trae a tu mente las promesas del Señor en el momento en que lo necesitas. ¡Escucha su voz cada día!
Efesios 1:13-14
En él también ustedes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.
(Efesios 1:13-14)
Cuando aceptaste el evangelio de Jesús en tu corazón y le recibiste como tu Señor y Salvador, el Espíritu Santo vino a morar en ti. ¡Eres hijo de Dios! El sello del Espíritu Santo está en ti, perteneces a Dios y él te hace partícipe de su herencia. No dudes nunca de tu identidad en Dios.
Romanos 8:14-15
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»
(Romanos 8:14-15)
¡Eres hijo de Dios! Tienes el privilegio de poder hablar con tu Padre directamente y sin temor siempre que lo desees. ¿Necesitas dirección en tu vida? Tu Padre te guiará para que tomes las decisiones correctas y para que vivas siempre dentro de su voluntad. Clama a él y escucha su voz. Él te mostrará lo que es mejor para ti.
Isaías 61:1
El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
a proclamar liberación a los cautivos
y libertad a los prisioneros.
(Isaías 61:1)
El Espíritu del Señor estaba sobre Jesús, capacitándolo para su misión. Ese versículo es profético y se refiere al Mesías prometido. De la misma forma, la presencia del Espíritu Santo en tu vida te capacita para llevar a cabo la misión que Dios desea que cumplas. Llénate de él cada día y sal a bendecir y a transformar tu entorno con su poder y en su nombre.
Romanos 8:26
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
(Romanos 8:26)
¿Te sientes débil física, emocional o espiritualmente y ni siquiera sabes cómo orar? No estás solo, el Espíritu Santo acude en tu ayuda. Él intercede por ti ante el Padre sabiendo lo que realmente necesitas hoy. Lleva tu dolor y tu confusión ante el Señor, él obrará, te ayudará y te guiará porque te ama.
Joel 2:28-29
Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes.
En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los siervos y las siervas.
(Joel 2:28-29)
Bajo el nuevo pacto a través de Jesús, todos los hijos de Dios tenemos el Espíritu Santo morando en nosotros. Podemos movernos en su poder porque él obra en nuestras vidas y a través de cada uno de nosotros. Ora cada día para que tu vida refleje que el Espíritu del Señor está en ti. ¡Muévete en su poder!
Romanos 15:13
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)
¡Ten esperanza! El poder del Espíritu Santo está obrando en tu vida llenándote con su gozo y su paz. Puedes acudir a él y sentir su presencia en medio de cualquier dificultad. No dejes de confiar en el poder del Espíritu Santo.
Salmo 51:10-12
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga.
(Salmo 51:10-12)
Crecerás en la fe cuando lo desees de todo corazón. Lleva ese anhelo en oración sincera delante del Padre, permite que Dios renueve tu espíritu. Pídele que examine tu corazón y tus motivaciones, que te muestre lo que debes cambiar. Comienza a tomar tus decisiones de acuerdo con lo que Dios desea para ti, no según tus propios deseos.
También ora al Padre para que te haga entender todo lo que hay en ti que sí le agrada. Recibe su amor y su afirmación en tu vida. Ora para que Dios te dé las fuerzas necesarias para vivir siempre dentro de su voluntad.
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