¿Has tomado tiempo para oír la voz de Dios hoy? Él quiere hablar contigo cada día y darte fuerzas para que enfrentes con esperanza y determinación los retos que se te presenten. Aquí tienes unas verdades muy importantes para reflexionar hoy:
1. Yo cuido de ti
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:6-7)
Cuando intentas hacer todo por tu cuenta y con tus propias fuerzas, das cabida a que el orgullo y la ansiedad se apoderen de ti. Es importante que reconozcas con humildad tu necesidad y dependencia de Dios, que aprendas a dejar tus ansiedades en sus brazos amorosos y que esperes a que intervenga en tu vida y en tus circunstancias. ¡Él es fiel, él obrará!
Dios está siempre atento a lo que te sucede, él cuida de ti con paciencia y con amor. ¡Él te ama tanto! Por eso, si te sientes preocupado o desanimado, confía en Dios, él te ayudará.
2. ¡Mantente alerta!
Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.
(1 Pedro 5:8)
Tienes un enemigo que te quiere destruir: el diablo. Por eso necesitas prestar atención y no dejar que él gane terreno en tu vida. Llénate cada día del Espíritu Santo y deja que él te guíe y tome el control de tu vida. Aun en los momentos de lucha más intensa, cuando piensas que no puedes seguir adelante, el Espíritu Santo está contigo dándote fuerzas e intercediendo por ti.
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. (Romanos 8:26-27)
El dominio propio es parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). No cedas terreno a los temores ni te dejes intimidar, más bien mantente firme y agarrado de la mano de Dios. Si vives una vida llena del Espíritu, te mantendrás alerta a los ataques del enemigo y podrás discernir lo que viene de Dios y lo que no. Lee la Biblia, ora y busca la voluntad de Dios para tu vida y el diablo no te podrá devorar.
3. No estás solo
Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.
(1 Pedro 5:9)
En este mismo momento hay muchos hermanos en la fe sufriendo persecución por causa de Cristo. Tarde o temprano cada uno de nosotros pasará por alguna clase de rechazo, burla, desdén, o algo aún más fuerte y doloroso debido a nuestro amor por Jesús. ¿Estás preparado para resistir y mantenerte firme, fiel a Dios y fuerte en la fe?
Recuerda que no estás solo en la lucha. Estás unido a millares de creyentes por todo el mundo que también son partícipes de ella. Formas parte del ejército de Dios y tenemos a Jesús de nuestro lado. ¡No te desanimes! Todos estamos juntos en la batalla y en Cristo tenemos la victoria.
4. Conmigo, siempre hay esperanza
Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.
(1 Pedro 5:10)
El sufrimiento no durará para siempre. No importa cuánto tarde, en algún momento terminará y luego podrás disfrutar de la restauración, la fortaleza y todas las cosas buenas que Dios ya ha preparado para ti y para todos los que perseveren en él.
¡Jesús ya venció! En él eres vencedor. No debes temer al futuro porque Jesús está contigo y te dará fuerzas. ¡Ten esperanza siempre, sin importar cuáles sean las circunstancias! Jesús no te abandonará.
¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
(Romanos 8:35-37)
5. Te amo con amor eterno
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
(Juan 3:16)
Recuerda cuán grande es el amor que Dios siente por ti. ¡Hasta estuvo dispuesto a dar a su Hijo en la cruz! Su amor es eterno (Jeremías 31:3) - no ha terminado ni terminará. ¡Deléitate en su gran amor!
6. No te inquietes
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
(Salmo 42:11)
En todas las situaciones el Señor está contigo. Él tiene la solución perfecta y te mostrará lo que es mejor. Descansa en él, entrégale lo que te angustia y pon tu esperanza en él.
7. Hay provisión para tus necesidades
Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:19)
Sea cual sea tu necesidad hoy, llévala ante Dios en oración y confía en que él proveerá. Dios sabe bien lo que sus hijos realmente necesitan y es poderoso para proveer. Lleva tus peticiones ante él, presta atención y verás a Dios obrar.
8. No temas
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
(Isaías 41:10)
Ante los retos que te presente este día, elige confiar en Dios. No permitas que venza el temor. Recuerda que el Señor está contigo ayudándote y gracias a él obtendrás la victoria.
9. Yo, el Señor, soy tu roca
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.
(Salmo 18:2-3)
Cuando todo en la vida parece desmoronarse, Dios es la roca firme en la cual puedes apoyarte y encontrar seguridad. Acude siempre a él y confía en su ayuda y su protección.
10. Fuiste creado a mi imagen
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.
(Génesis 1:27)
No fuiste algo que surgió porque sí: fuiste creado a la imagen de Dios, con talentos específicos y con un propósito. Esa es la base de tu identidad. No te dejes intimidar por las críticas. Dios conoce todo lo bueno que hay en ti y lo usará para su gloria si se lo permites.
11. Yo escucho tu clamor
En mi angustia invoqué al Señor; llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!
(2 Samuel 22:7)
No lo olvides: Dios siempre te escucha. No importa cuán profunda sea tu tristeza o cuán imposible parezca una circunstancia, puedes clamar a él. Dios está siempre atento a la voz de sus hijos. Puedes acercarte a él y contarle lo que te sucede. A su debido tiempo él obrará a tu favor.
12. No te abandonaré
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
(Deuteronomio 31:8)
Cuentas con la compañía del Señor en todo momento. Él guía tus pasos y te acompaña por todo el camino. Apóyate en él, en su fuerza y en su sabiduría.
13. No te des por vencido
El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas.
(Salmo 126:5-6)
Sigue adelante con el trabajo que el Señor te ha encomendado. No te dejes desanimar por la aparente falta de fruto. ¡Pronto verás la cosecha! ¡Persevera!
14. Te he dejado mi paz
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)
La paz que el Señor te da es sin igual. Es una paz que te capacita para seguir adelante lleno de confianza. ¡Recibe su paz en este día!
15. En mí tienes vida abundante
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
(Juan 10:10)
La vida que tenemos en Dios es abundante, llena de su presencia salvadora, de gozo y de propósito. Sus bendiciones cubren todas las áreas de nuestra vida, pero aun cuando llegan los momentos de dificultad, Dios está a nuestro lado ayudándonos y proveyendo lo que necesitamos para perseverar. Con Dios como nuestro Pastor, nada nos faltará.
¡Cree estas verdades y mantente firme en Jesús hoy!