1 Corintios 11:23-30
Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan,
y, después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí».
De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí».
Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga.
Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.
Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa.
Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su propia condena.
Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.